Un reto global
► Urge tomar medidas que garanticen la protección del medio ambiente con modelos responsables
AfectaAfecta a todos los seres vivos y está alterando tanto la economía global como las locales. El cambio climático provoca que el nivel del mar esté subiendo, que cada año las temperaturas sean más extremas, que algunas especies estén en peligro de extinción y que los fenómenos meteorológicos sean cada vez más intensos, entre otros. Hoy se celebra el Día Internacional Contra el Cambio Climático, una jornada que pretende sensibilizar a la sociedad y emprender acciones para frenarlo.
La pandemia ha modificado nuestras rutinas y ha desplazado la atención mediática del cambio climático, pero basta echar un vistazo alrededor para comprobar que sigue avanzando. El calentamiento global es una de sus consecuencias más evidentes, pero no es la única. Existen evidencias científicas acerca de los ciclos de calentamiento y enfriamiento del planeta Tierra. Sin embargo, a partir de la Revolución Industrial se observa un cambio en la pauta «natural» debido a la acción del ser humano. Este nuevo modelo de producción y consumo marcó el inicio de un nuevo sistema económico y transformó por completo las sociedades: la población comenzó a aumentar de manera exponencial, y también su uso de los recursos.
Sucedió lo mismo con las emisiones de gases de efecto invernadero. Aumentaron como consecuencia de la expansión del modelo industrial con consecuencias cada vez más impactantes para el medio ambiente: el derretimiento de las masas de hielo de los polos y la subida del nivel del mar, la destrucción de entornos naturales que provoca la desaparición de la flora y la fauna, la desertización de buena parte de la superficie, la absorción de demasiada cantidad de CO2 en los océanos o la aparición de fenómenos meteorológicos extremos son algunos ejemplos.
El calentamiento global afecta a los patrones de precipitaciones en todo el mundo. Se estima que el 46% de la población vivirá en zonas denominadas con estrés hídrico en 2030, es decir, donde la demanda de agua será más grande que la cantidad disponible.
España es uno de los países más afectados, especialmente por la falta de agua. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente el riesgo de tener escasez de lluvias se duplicará en la mitad sur de la península en las próximas décadas. Más del 75% de nuestro suelo está en riesgo de desertización y alrededor del 6% de la superficie tiene ya un clima semiárido.
Por otra parte, y aunque pueda parecer contradictorio, el cambio climático también es el responsable de las fuertes lluvias torrenciales. En los últimos años se han multiplicado los episodios de aguacero y fuertes precipitaciones que provocan inundaciones y arrasan con lo que encuentran a su paso. Ante estos datos tan graves y su posible evolución, urge tomar medidas que garanticen la protección del medio ambiente con modelos responsables que aseguren el abastecimiento de agua para la agricultura, la industria y la vida de las ciudades.
La gestión eficiente del ciclo integral del agua es la seña de identidad de Agbar. Como parte de la estrategia climática marcada por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la compañía se adhiere al objetivo de evitar que la temperatura global aumente 1,5º cada año. De hecho, ha presentado un plan de acción con 75 proyectos en materia de agua y medio ambiente que aspiran a acelerar la transición ecológica dentro del marco del programa europeo «Next Generation EU» sobre salud, transición ecológica y digitalización. Mitigar el cambio climático a través de la generación de energías renovables. En 2020 Agbar ha conseguido generar 87,3 GWh de energía renovable que proviene del aprovechamiento del biogás generado en las estaciones depuradoras (91%), de energía solar fotovoltaica (6%) y de las turbinas hidráulicas (3%). Con el objetivo de hacer frente a los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos, Agbar impulsa el Proyecto Guardian, una infraestructura hidráulica en el Parc Natural del Túria en Valencia para reutilizar el agua como riego y prevención contra incendios. Se trata de 40 cañones de agua y una red de sensores capaces de monitorizar el bosque en tiempo real.
El grupo Agbar ya tiene en marcha un proyecto de evolución de las depuradoras tradicionales a las llamadas biofactorías, con el objetivo de reutilizar el 100% del agua que depura la planta, valorizar el 100% de los residuos generados en el proceso de depuración y conseguir un balance energético cero entre la energía producida y consumida en la planta.En la biofactoría Sur de Granada, prácticamente el 100% del agua depurada se reutiliza para el riego de cultivos leñosos, casi la totalidad de los lodos, arenas y grasas se valorizan como abono para agricultura o jardinería y se alcanza la autosufiencia energética durante algunos meses del año.
Potenciar la infraestructura verde y una economía baja en carbono es posible en el Delta de l’Ebre, donde Agbar gestiona humedales de depuración que depuran el agua procedente del cultivo de arroz mediante el uso de vegetación acuática y microorganismos. Los humedales artificiales de depuración de Illa de Mar y l’Embut fueron declarados en 2020 reserva natural de la fauna salvaje por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña. Actualmente son zonas de gran interés ornitológico.