Joe Biden y Francisco
ElEl próximo viernesBi den, el segundo católico elegido presidente de los Estados Unidos después de Kennedy, será recibido en audiencia privada por el Papa en el Palacio Apostólico.
Un encuentro del que ya se habló el pasado mes de junio y que algunas fuentes dieron como seguro pero que, al final, no tuvo lugar por problemas de agenda del presidente USA y de oportunidad por ambas partes. La celebración en Roma del G-20 ha facilitado ahora las cosas.
Es manifiesto que la Santa Sede acogió con satisfacción la elección del demócrata Biden frente al republicano Donald Trump, cuyas discrepancias con el Papa fueron evidentes incluso antes de su elección. Frialdad que resultó ostensible en su entrevista en mayo de 2017.
B id en es un católico practicante, pero el sector más conservador del episcopado norteamericano le ha recriminado siempre que, cuando fue vicepresidente con Barak Obama, apoyase una ley que aprobaba el aborto en determinadas circunstancias. Algunos obispos llegaron incluso a barajarla posibilidad denegarle la comunión.
Este es un problema que va a volver a plantearse estos días porque en la próxima reunión de la Conferencia Episcopal estadounidense va a discutir se un documento sobre el significado de la Eucaristía en la vida de la Iglesia. La Santa Sede ya en mayo de este año con una carta del CardenalLada ria Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe había desaconsejado esta discusión. El mismo Papa, en cierto modo, había desautorizado el 6 de junio, fiesta del «Corpus Christi», una po si ciónmaxima lista afirmando que« la Eucaristía no es el premio de los santos sino el pan de los pecadores». Y por si quedara alguna duda,al regreso de Eslovaquia, nos dijo en el avión que él nunca había negado la Eucaristía a nadie.