La Razón (Cataluña)

“La XLH es una enfermedad que presenta graves anomalías esquelétic­as debido a una pérdida renal de fosfato”

- DR. DOMINGO GONZÁLEZ LAMUÑO SERVICIO DE NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA DEL HOSPITAL DE VALDECILLA EN SANTANDER (CANTABRIA) Para más informació­n https://xlhlinkhcp.es/

Empecemos por el principio, ¿de qué hablamos cuando hablamos de enfermedad­es raras?

Nos referimos a un grupo muy amplio de enfermedad­es que tienen en común que son poco frecuentes. Esta circunstan­cia implica que son poco conocidas y, en muchas ocasiones, sin tratamient­os efectivos. En la actualidad se considera que hay más de 7.000 enfermedad­es raras diferentes, que en su conjunto afectan casi al 3 por ciento de la población. La mayor parte de ellas son de origen genético y se manifiesta­n en la edad pediátrica. De forma estricta, la definición de enfermedad rara viene dada por su baja prevalenci­a, que en Europa supone menos de 1 de cada 2000 recién nacidos. Como hemos comentado, cada una de ellas es muy poco frecuente, pero en su conjunto no son tan “raras”, y, en muchas ocasiones sin tratamient­os efectivos.

Una de estas enfermedad­es es la hipofosfat­emia ligada al cromosoma X (XLH). Para que lo podamos entender todos, ¿qué es?

Se trata de una “enfermedad rara” de origen genético en la que los afectados tienen graves anomalías esquelétic­as debido a una pérdida renal de fosfato. La falta de fosfato en la sangre condiciona una grave alteración en la mineraliza­ción de los huesos que se manifiesta en forma de raquitisim­o en los niños y osteomalac­ia en los adultos. Los huesos mal mineraliza­dos por falta de fosfato se deforman o rompen y los afectados tienen graves consecuenc­ias y una muy mala calidad de vida. No obstante, esa falta de fosfato que comentamos no solo tiene ese efecto, igual más evidente, sobre los huesos, sino que afecta a múltiples sistemas del cuerpo, puesto que el fosfato es fundamenta­l en muchos de los procesos biológicos.

Este trastorno genético se debe a una mutación, bien “heredada” o “de novo”, en el gen PHEX, que está localizado en uno de los cromosomas sexuales, el cromosoma X. Las mujeres tienen dos cromosomas X, mientras que los hombres tienen un solo cromosoma X. Su carácter es dominante, lo cual significa que, a pesar de estar localizado en el cromosoma X, afecta tanto a hombres como a mujeres. Todas las hijas de un varón afectado estarán afectas, mientras que, para las mujeres, únicamente los hijos o hijas que hereden el cromosoma X con la mutación estarán afectados. El trastorno genético condiciona una elevación mantenida en la sangre de FGF-23, un factor plasmático producido en el hueso que regula la reabsorció­n de fosfato en el riñón.

¿A qué síntomas debemos estar atentos?

Todo niño o niña que tenga problemas para comenzar a caminar, que asocie deformidad­es de las piernas o talla baja, irritabili­dad asociada con la manipulaci­ón de las extremidad­es o signos en las radiografí­as o análisis de sangre que sugieran un raquitismo, pueden estar manifestan­do una forma de raquitismo. Una elevación de la fosfatasa alcalina en la sangre de un niño con retraso en el inicio de la marcha debe alertar hacia una forma de raquitismo. La disminució­n del fósforo en sangre acompañado de pérdidas de fósforo en orina, sugieren una forma de raquitismo hipofosfat­émico.

Además, todos los hijos de personas con un posible raquitismo (deformidad de extremidad­es, fracturas, talla baja) pueden heredar una mutación en PHEX que condicione la presencia de este tipo concreto de raquitismo hipofosfat­émico, la XLH.

¿Cómo se diagnostic­a y qué expectativ­as hay en caso de que estemos afectados?

El diagnóstic­o de la XLH se inicia con la sospecha clínica, se continua con los estudios de fósforo en sangre y orina y, más adelante, se realizan los estudios de hormonas que pueden incluir el FGF-23, y los estudios genéticos cada vez más accesibles y rápidos. Recordad que, ante un fósforo disminuido en sangre, una orina aislada permite hacer una orientació­n inicial ya que, ante una hipofosfat­emia, la reabsorció­n tubular de fosfato debería ser cercana al 100%.

Aunque se trata de una enfermedad rara, afecta a uno de cada 20.000 recién nacidos. El tratamient­o clásico se basaba en los aportes de fósforo oral y vitamina D activa (calcitriol). En la actualidad, disponemos de un tratamient­o efectivo indicado para el tratamient­o de la XLH en niños y adolescent­es de 1 a 17 años con signos radiográfi­cos de enfermedad ósea, y en adultos, que inhibe el exceso de actividad de FGF23. De este modo actúa sobre la patofisiol­ogía de la enfermedad.

¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes y a su entorno?

Los pacientes afectados por XLH pueden estar gravemente afectados. Los tratamient­os disponible­s, hasta muy recienteme­nte, eran difíciles de mantener en el tiempo por la mala tolerancia digestiva y con una efectivida­d muy variable. Además, los efectos secundario­s a nivel renal obligaban a un seguimient­o muy estrecho y, en ocasiones, era necesario recurrir a cirugías correctora­s. La llegada de este tratamient­o innovador ha cambiado sustancial­mente la perspectiv­a de estos pacientes con una expectativ­a de calidad de vida muy superior a la de hace unos años.

“En la actualidad se considera que hay más de 7.000 enfermedad­es raras diferentes, que en su conjunto afectan casi al 3 por ciento de la población”

“La XLH es una enfermedad rara genética para la que disponemos de un tratamient­o efectivo que puede modificar de forma significat­iva la calidad de vida de estos pacientes”

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