Un castigo especial para la clase media
LaLa inflación, el impuesto de los pobres, afecta especialmente a las clases medias y bajas, que son las que más sufren la pérdida de poder adquisitivo de sus salarios y ahorros.
En Estados Unidos y la eurozona la inflación está ya a los niveles más altos en dos décadas. La inflación oficial en España se sitúa en un 4%. Eso significa que en España todos los sectores han perdido poder adquisitivo de sus salarios entre inflación e impuestos. Pero es que los componentes son mucho más preocupantes. Los costes de los bienes y servicios esenciales se disparan muy por encima del IPC oficial.
La inflación no es una casualidad. Es una política. Se ha buscado de manera agresiva y jaleada desde el poder político, especialmente los mal llamados socialdemócratas, aumentando de manera desproporcionada la masa monetaria, especialmente en 2020, muy por encima de la demanda de moneda. No es una casualidad que los precios de bienes que tienen amplia sobrecapacidad suban tanto como los más sujetos a vaivenes geopolíticos. La inflación es siempre y en todo lugar un efecto monetario. Más dinero yendo a activos cautivos o escasos.
La clase media está siendo especialmente castigada por la erosión del poder adquisitivo de los salarios y ahorros debido a la inflación, inflación, y es un fenómeno anterior a la COVID-19 y a la mala excusa de la ruptura de cadena de suministros. Los precios de bienes esenciales ya subían más rápido que el IPC y los salarios reales en 2017-2019.
No podemos olvidar, además, que los gobiernos se benefician de la inflación porque «diluye» ligeramente su endeudamiento y, sobre todo, recaudan más por impuestos indirectos.
Gobiernos y bancos centrales han estado pisando el acelerador con políticas inflacionistas sin control y ahora ven con estupor lo que todos sabemos. La inflación pone freno a la recuperación, los márgenes empresariales caen y los ciudadanos se empobrecen.
El impuesto inflacionario no fortalece la economía, la debilita. Primero dijeron que no había, luego que venía por el efecto apertura, después que era transitoria y ahora que es persistente. Pero siguen disparando la masa monetaria por encima de la demanda de dinero real. No olvidemos que, si en 2022 la inflación «cae» al 3%, el acumulado seguirá siendo más de un 8,15% en dos años en los que familias y empresas están muy debilitadas.
El impuesto inflacionario es muy cómodo para los gobiernos porque pueden echarle la culpa de los precios a los demás, pero han sido los gobiernos despilfarradores y deficitarios los que más han jaleado la política monetaria inflacionista y los más beneficiados del impuesto escondido que es la inflación. La inflación no es una herramienta para crecer. Si fuera así, Turquía o Argentina serían los países más prósperos del mundo.
Reducir la inflación está en manos de los bancos centrales. Mantener la política inflacionista ahora es negativo para familias y empresas a corto y medio plazo y termina debilitando aún más las finanzas públicas al erosionar potencial de crecimiento.
La inflación no es una casualidad. Es una política. Se ha buscado de forma agresiva y jaleada desde el poder»