Moldear la ONU
SonSon tiempos difíciles para la ONU. Su labor se ve obstaculizada por una serie de graves amenazas, desde el nacionalismo excluyente hasta la competencia entre grandes potencias y la creciente desigualdad. El mundo no está colaborando para resolver los retos urgentes, como la distribución de las vacunas covid19 y el ritmo acelerado del cambio climático. Pero las crisis globales requieren soluciones globales, y con su reciente informe, Nuestra Agenda Común, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha esbozado una nueva visión de la cooperación multilateral. Guterres abre un nuevo camino al pedir que el desaparecido Consejo de Administración Fiduciaria de la ONU sea reutilizado para supervisar la gobernanza de los océanos, la atmósfera y el espacio exterior. Esta reforma permitiría ala ONU abordar con mayor eficacia los crecientes problemas del calentamiento global.
Además, Guterres ha respaldado la propuesta del Club de Madrid de celebrar una Cumbre Social Mundial en 2025 para examinar las causas del aumento de la pobreza y fomentar las políticas necesarias para garantizar una sociedad más equitativa.
La realización de la ambiciosa agenda de Guterres requiere una estrategia orquestada. Su iniciativa de convocar una Cumbre del Futuro al inicio de la 78ª Asamblea General en 2023 es un buen comienzo. Como parte de los preparativos, el secretario general convoca una junta consultiva dirigida por antiguos jefes de Estado o de Gobierno. Líderes con experiencia, sin la carga de la política del día a día, estarán en una buena posición para ayudar a perfeccionar las propuestas de Guterres sobre paz y seguridad, un pacto digital global, juventud, desarrollo social... Los líderes actuales deberían agradecer la ayuda.
La labor del organismo se ve amenazada por el nacionalismo