«El artículo 25 no se toca»
LaLa voz imperativa de la diputada antisistema se refiere al artículo 25.4 del Reglamento del Parlamento de Cataluña que establece la suspensión de un parlamentario cuando se le abre juicio oral por una causa relacionada con la corrupción. Eulàlia Reguant ha reaccionado en este tono ante las maniobras de la presidenta de la Cámara, Laura Borràs, por medio de los letrados del órgano legislativo, que han emitido un informe en el que se especula con la posibilidad de derogar dicho precepto. El 25.4 lleva la firma secesionista. Fue aprobado en 2017 como otro de esos gestos impostores con los que se quería probar que eran los campeonesde la honorabilidad. Presumían en medio de la charca y el hedor del pujolismoy corrientes. Y ahí siguen. Es público que la inmediata beneficiariade la deroga ción será la propia Borràs,a laquea guarda un horizonte judicial más temprano que tarde por las presuntas irregularidades cometidas cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas, donde, conforme a la investigación togada, benefició a un amigo personal con varios contratos a dedo. El tejemaneje resulta obsceno y sonrojante. Cualquiera pensaría que la presidenta del Parlament se pasa de lista o considera imbécil al resto de la sociedad. Es más que probable, dado su carácter soberbio y altivo, que entiende más bien lo segundo. Con todo, habrá que estar atentos a la jugada, porque con las CU P, siempre receptivas al mercado ya la cotización del voto, todo es posible. Incluso que en un jeribeque político acabe por bendecir el autoindulto de Borràs. Hace tiempo que perdieron la vergüenza y la decencia.