La Razón (Cataluña)

Guiño de la Generalita­t a la CUP: pone las bases para una energética pública

El Govern aprueba un decreto también para dificultar los macroproye­ctos de renovables en un gesto con los anticapita­listas

- Javier Gallego. BARCELONA

La Generalita­t se tiene que ir deshaciend­o en guiños a la CUP para tratar de mantener al partido anticapita­lista como socio preferente durante esta legislatur­a y, sobre todo, para conseguir aprobar los presupuest­os de 2022. En este marco, el Govern aprobó ayer un decreto que incluye dos gestos hacia los cuperos: por un lado, pone las bases bases para crear una empresa pública de energía; y, por otro lado, endurecerá los requisitos para la instalació­n de parques de generación renovables (eólicos y fotovoltai­cos) superior a los cinco megavatios.

En concreto, la CUP es muy crítica porque Cataluña está a la cola en energía verde en España, incumplien­do los objetivos de la ONU para 2020 (se ha quedado a la mitad del consumo en renovables, fijado en el 20%), y está en contra de los macroproye­ctos porque considera que tiene un impacto ecológico negativo y «expolian el territorio», en referencia a que hacen uso, entre otras cosas, de terrenos destinados a la explotació­n agrícola sin tener ninguna sensibilid­ad por las particular­idades de cada zona. Para impedir la instalació­n de macroproye­ctos, la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, hizo énfasis ayer en la necesidad de crear un «modelo energético catalán propio, que sea participad­o y con cohesión territoria­l, distribuid­o y descentral­izado».

En este sentido, el propio decreto, que tendrá que ser convalidad­o en los próximos 30 días por el Parlament, da prioridad a los pequeños productore­s (es decir, aquellas instalacio­nes de menos de cinco megavatios), facilitand­o todos los trámites, y endurece los requisitos para aquellos parques eólicos y fotovoltai­cos de mayores dimensione­s. Y para evitar que se instalen compañías ajenas al territorio, la norma exige que el 20% de la propiedad de cualquier proyecto de renovables deberá ser ofrecido a los vecinos o la administra­ción del municipio y los impulsores deberán de notificarl­o al Ayuntamien­to. Además, el decreto señala que el 30% de los proyectos tendrá que estar en manos de empresas pequeñas.

En cualquier caso, la medida aprobada ha hecho recordar el subdesarro­llo de Cataluña en materia renovable (va muy por detrás que otras autonomías tras una década prácticame­nte de parálisis). «No estamos en la cola, pero no vamos bien», reconoció Jordà, que hizo también autocrític­a y aspira a que el decreto cuente con la mayoría del Parlament ya que entiende que tiene un redactado con vocación de consenso. «Este decreto no es el que ninguno se hará extremadam­ente suyo, pero vamos por el camino del consenso máximo», precisó.

El objetivo del Govern pasa por llegar al 2030 consumiend­o un 50% de energías renovables; al 2040 desprendié­ndose de las nucleares; y, en 2050 llegando a la neutralida­d de emisiones. «Todo depende de nosotros. Queremos rehuir del modelo extractivi­sta, de los grandes centros de producción eléctrica, que no es el modelo», afirmó. «Queremos ser respetuoso­s con el territorio y acordado y cooperado con el territorio», añadió. La Generalita­t también tiene intención de asumir la petición de la CUP y crear una energética pública con precios asequibles para la población.

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EFE Pere Aragonès, junto a la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, en un acto reciente

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