El VAR dice que empate
► Tras otra mala primera parte, el Sevilla estuvo a punto de ganar al Mallorca en el descuento, pero el vídeo anuló el tanto por mano
Una decisión muy controvertida de Jaime Latre, que anuló un gol a Ocampos en el minuto 96 por levísima, casi imperceptible, mano de Fernando, impidió que el Sevilla lograse en Mallorca una victoria que lo habría encaramado muy arriba en la tabla. La locura propia de estos tiempos propiciará que se pierdan miles de horas en discutir sobre una acción que ya no tiene vuelta de hoja. El señor colegiado observó el roce en el antebrazo del brasileño y aplicó con todo el rigor el reglamento. Fuera de ahí, resulta más obligatorio, y puede que más útil, consignar que los isleños se adelantaron por la incomparecencia visitante en la primera mitad y que Lamela empató con una obra de arte.
Salieron los de Lopetegui como en tantos campos (San Sebastián, Getafe, Vigo, Wolfsburgo…) a que nada pase y con el horizonte del 0-0 como grial al descanso, porque ningún camino conducirá al gol, desde luego, pero tampoco a discernir si bajo el larguero del rival hay un portero o un espantapájaros. Los locales, seguro que advertidos por el scouting, preparan emboscadas de salida y convierten cada balón que pasa por Joan Jordán en una potencial ocasión tras el probable robo. Acuña, mientras, ejerce de propagandista de Augustinsson: no se le recuerdan 45 minutos peores.
Los bermellones avisaron antes del minuto de juego con un tiro demasiado cruzado de Amath y marcaron en su segunda ocasión. Maffeo entró por su perfil con el colaboracionismo de Acuña, cedió para el extremo senegalés, cuyo centro despejó Diego Carlos hacia Antonio Sánchez, que remachó el primer gol de la tarde. Dos tantos regalados en cuatro días por el central, formidable, pero dadivoso en exceso. La desventaja no activó al Sevilla, fiel a su plan de no incomodar a su anfitrión antes del descanso. Sólo Koundé lo intentó con un pase largo a Rafa Mir, que no ajustó la vaselina.
Lopetegui movió hombres y esquema con la locura que lo acomete cuando las cosas no salen. Quitó a Acuña por la tarjeta y porque su partido era un horror para meter a Ocampos de carrilero izquierdo, pero enseguida se arrepintió, en cuanto Ángel estrelló en el palo el seguro 2-0, y metió a otros tres futbolistas para embotellar al Mallorca. Dominó el Sevilla, aunque sólo generó dos ocasiones claras: Rafa Mir, al poste tras preciso centro de Delaney y Ocampos, a ninguna parte cuando Navas le había puesto el balón en la cabeza a cinco centímetros de la portería. Con el tiempo sobrepasado, porque Jaime Latre decretó sólo cuatro minutos de descuento, Fernando controló con la barriga y luego (…) –aaaaaah, ni idea– centró para que Ocampos empujase el 1-2 que nunca fue. Tras media hora de deliberaciones y gracias a una interpretación rigorista, el gol quedó anulado y el Sevilla sin triunfo.