El pueblo italiano donde Bolsonaro es recibido con vítores
► Recibe la ciudadanía de honor en Anguillara, de donde era su bisabuelo
Varios vecinos del municipio protestaron por el reconocimiento al presidente de Brasil
La visita a Italia del presidente de Brasil para asistir al G 20 el pasado fin de semana en Romano terminó con el final de la cumbre. Al contrario que los otros líderes presentes en la capital italiana, Jair Bolsonaro descartó viajar hasta Escocia para participar en la cumbre climática de la ONU, la COP 26, que arrancó ayer en Glasgow, yel lunes se desplazó hasta Anguillara, un pueblo de unos 4.200 habitantes en la provincia de Padua para recibir la ciudadanía de honor.
Con nueve votos a favor, tres en contra y una abstención, el ayuntamiento de esta localidad situada en la región del Véneto, en el norte de Italia, aprobó recientemente conceder este reconocimiento al líder carioca, cuyos antepasados emigraron al país latinoamericano desde este rincón de Italia. Unos días más tarde, la puerta del municipio amaneció cubierta de estiércol.
Entre 1876 y 1920, más de 365.000 vénetos llegaron Brasil, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística IBGE. Uno de ellos fue el bisabuelo del presidente brasileño, Vit torio Bol zona ro, que llegó al país cario ca en 1888 con 10 años junto a sus padres y hermanos, Giovanna y Tranquillo. Después de embarcar en Génova, la familia llegó al puerto de Santos, en Sao Paulo. Y en esa misma ciudad nació y creció Jair Bolsonaro. Con el tiempo modificaron el apellido porque en el dialecto de esta zona de Italia la «z» se pronuncia «s».
«Como el bisabuelo de Ja ir Bol sonar o, miles de personas abandonaron Anguillara a finales del siglo XIX», defendió la alcaldesa de la ciudad, Alessandra Buoso, de la ultraderechista Liga, quien explicó que si bien la con decoraciónse confería al mandatario, en realidad, «simbólicamente va dirigida a toda la nación que él representa, ala que agradecemos la acogida de nuestros antepasados». Y añadió: «Es un reconocimiento a todos quienes han dejado su tierra natal para partir rumbo a lo desconocido».
La reciente petición de una comisióndel Senado brasileño para llevar a los tribunales al líder ultraderechista por los errores cometidos durante la gestión de la pandemia en Brasil no hizo cambiar de opinión a las autoridades locales. Los vecinos, en cambio, se mostraron divididos.
Bolsonaro fue recibido entre aplausos y vítores por cientos de seguidores que ondeaban la bandera cario ca, alas puertas del restaurante donde compartió un almuerzo con las autoridades locales y algunos familiares lejanos.« Estoy feliz y emocionado de estar aquí», dijo a los periodistas. «Es un honor para mí representar a nuestra familia en Brasil ». Mientras, en la plaza de la localidad, medio millar de personas se reunieronpara protestar por la concesión de la ciudadanía de honor al mandatario. Por razones de seguridad, la visita al ayuntamiento fue cancelada, y la policía tuvo que intervenir para dispersar una manifestación convocada por movimientos ambientalistas.
«La ciudadanía de honor es inoportuna porque las políticas de Bolso na ron o reflejan los valoresde nuestra Constitución: no compartimos su posición sobre los homosexuales, las mujeres ni la Amazonía», denunció el concejal Antonio Spada, que votó en contra del reconocimiento.
El obispo de Padua, Claudio Cipolla, reconoció su «profunda vergüenza» por la decisión de las autoridades de An guillara y pidió «de todo corazón» al jefe de Estado brasileño que “promueva políticas que respeten la justicia, la salud y el medio ambiente».
La visita a Italia de Bolsonaro ha estado rodeada de polémica. La prensa destacó el aislamiento del presidente de Brasil durante el G20. El líder ultraderechista no mantuvo ninguna reunión bilateral con otros jefes de Estado o de Gobierno, como es habitual en estas cumbres.