La debilidad energética
Rocío Colomer ►Dos crisis acuciantes, la subida del precio de la luz y la emergencia climática, empujan hacia una misma dirección: la necesidad de repensar la energía nuclear. No es la única solución, pero sí parte de ella
LosLos meses de pasión que estamos sufriendo los españoles con la subida de la luz deberían servir para abrir un debate sosegado sobre la causa del encarecimiento energético (hoy, el precio del gas) y las soluciones. No es un fenómeno exclusivamente español, pero nosotros estamos entre los más perjudicados. España no puede garantizar el suministro de energía por sí misma y depende de otros. El gas argelino es una de nuestras principales fuentes de energía y el suministro se ha visto seriamente afectado por el conflicto abierto con Marruecos. En agosto, los dos eternos enemigos rompieron relaciones y, como consecuencia, en octubre el régimen argelino cerró el gaseoducto marroquí, el mayor conducto por el que llega gas a España. Un escenario de pesadilla con el precio de la luz ya por las nubes. Como explicó en estas páginas Borja de
Arístegui, «esta crisis demuestra una falta de visión en nuestro país. La dependencia es una debilidad. Y, sin embargo, tendría fácil solución». ¿Cuál? La energía nuclear. De Arístegui recuerda que España ya es un país nuclear, pero falta voluntad política.
Desde los años setenta los partidos de izquierda de los países industrializados han hecho campaña contra las centrales nucleares. En España han tenido especial éxito. Actualmente hay cinco plantas y siete reactores, pero una de ellas, la de Garoña, está en cese de explotación. El caso español es particular por sus contradicciones. Los políticos rechazan producir energía nuclear, pero, sin embargo, aceptan comprarla a Francia. Si la energía nuclear es válida para ser importada, también debería serlo para ser fabricada, ¿no?. Eso nos permitiría ser independientes energéticamente y nos aportaría una fortaleza nacional que ahora no tenemos.
La energía es una cuestión estratégica de primer orden. En Francia lo tienen claro. La experiencia de nuestro vecino del norte es reveladora. La energía nuclear proporciona el 78% del total de electricidad francesa y aún tienen recursos para venderla fuera. Pero no es el único caso. En Bélgica representa el 51% de la energía consumida. ¿Por qué España no aumenta su producción nuclear? Por ideología. La crisis actual debería provocar cambios. Algo parece que se mueve a nivel europeo. La Comisión debate clasificar como «verde» la energía nuclear por presión francesa. La modificación estaría encaminada a fomentar inversiones millonarias en el sector para el desarrollo de una tecnología nuclear más sofisticada.
Pero no solo esta crisis coyuntural empuja hacia un replanteamiento de lo nuclear, si miramos a largo plazo resulta, a su vez, un elemento imprescindible para luchar contra el cambio climático. En la cumbre de la COP26 en Glasgow, las grandes potencias han reafirmado su compromiso en alcanzar la neutralidad de carbono. La energía nuclear tiene un rol que jugar en la drástica reducción de los gases invernaderos. Las «renovables» como la eólica, la hidroeléctrica y la solar, no pueden todavía reemplazar a las energías fósiles. Muchos estudios sobre la descarbonización de la economía apuntan a la potencia nuclear como un complemento imprescindible. Funciona 24 horas, los 365 días del año. Es una energía que no depende de las condiciones meteorológicas. Con las energías verdes existe, además, un problema de almacenamiento. En un artículo en «The Foreign Affairs», se señala que los costes de depósito de las renovables deberían bajar hasta un 95%, para que se puedan albergar durante un tiempo significativo a un precio asumible. De acuerdo con los expertos, se necesitan otros 60 años para descarbonizar la economía global. La energía nuclear puede presentarse en mejores formas. Lo defiende el profesor del Massachusetts Institute of Tecnology (MIT), Michael Golay, en otro artículo en «The Foreign Affairs». En él aboga por aumentar la inversión en innovación nuclear. Y advierte que si prevalece la visión pesimista sobre esta energía, también se estrecharán las posibilidades de salvar el planeta.
España rechaza producir energía nuclear, pero la compra a Francia a un precio alto
Las renovables no pueden por ahora reemplazar a las fósiles sin ayuda de los reactores