Cuadernos Rubio se sobrepone con buena letra a la era digital
► Cumplen 65 años en plena expansión revigorizada por el fuerte impulso que le dio el confinamiento
Esta vez la pantalla no ha matado a la estrella de la escritura, como ocurría con la estrella de la radio en la mítica canción de The Buggles «Video killed the radio star». En plena era digital, un lápiz y un cuaderno siguen siendo herramientas insustituibles para aprender a escribir, a sumar... y en España, la Editorial Rubio sigue siendo un gran referente. Sus populares cuadernillos cumplen 65 años en plena expansión expansión a pesar del imparable avance de la digitalización.
Pero su exuberancia actual bien podría haber sido penuria poco después de que la empresa superase sus cuarenta años de existencia. En 1997, su fundador, Ramón Rubio, sufrió un derrame cerebral que obligó a su hijo Enrique a asumir los mandos de una nave de la que poco conocía. Y de reflotarla. Porque, en aquellos momentos, el grupo atravesaba una situación muy delicada. «Había una frase que me decía mucha gente que me hizo darme cuenta de la situación: «¿Pero Cuadernos Rubio todavía existe?”» rememora. La compañía dio un bajón de ventas muy importante. «La competencia se volvió muy agresiva y nuestros productos se volvieron muy áridos», explica Rubio. Para darle la vuelta a la siocurrió decidió volver a los básicos, cambiar su imagen y recuperar la de toda la vida, con el clásico color amarillo para los cuadernos de operaciones y problemas y el verde para los de escritura. «Los que recordaban los padres», explica Enrique Rubio. Junto a ello, actualizó los métodos de enseñanza y modernizó otros aspectos como los dibujos sexistas o frases que ahora podrían resultar ofensivas. Y el cóctel, al que añadieron un incremento de su catálogo de productos pasando de 70 a 400 referencias para abarcar un espectro de edad desde los 2 hasta los 100 años, funcionó. «En 24 años, hemos crecido un 300% en ventas y estamos en plena expansión», asegura Rubio.
Ni la Gran Recesión ni la actual crisis han hecho mella en la editorial. Con el confinamiento, lo que fue toda una revelación del prestigio que tienen los cuadernos Rubio. Los pedidos online de la editorial se multiplicaron y de despachar 20 o 30 al día pasaron a 400, recuerda su responsable. «Con los niños en casa, las mamás, sobre todo las de infantil y primaria; no tenían claro qué hacer y recurrietuación, ron a nosotros porque tenemos todo lo básico: caligrafía, matemáticas, lectura comprensiva...», reflexiona. Esos meses fueron un gran impulso para la compañía. Hasta el punto de que Rubio cerró 2020 con un incremento del negocio del 50%, alcanzando una facturación de 3,5 millones de euros.