Así es Son Vida, el Beverly Hills de la Mallorca interior ►Empresarios, jefes de estado y actores internacionales forman parte del vecindario de este exclusivo enclave
PalmaPalma es una ciudad llena de contrastes que pueden confirmarse en un trayecto de autobús municipal. Si se sube en la línea número 7 y se llega hasta el final del recorrido, el pasajero habrá pasado por el barrio más pobre, Son Gotleu, y el más rico, Son Vida, en poco más de media hora. Este último lidera el ránking de la capital balear en cuanto renta per cápita con 36.750 euros anuales (el Instituto Nacional de Estadística -INE- no ofrece información más allá de esta cantidad) y los alemanes, suecos, austriacos e ingleses son protagonistas. Esa urbanización de lujo, que forma parte del 3% de los barrios más ricos del país, es refugio desde hace décadas de fortunas nacionales y extranjeras que encuentran en ella la tranquilidad de vivir en un entorno sofisticado y con impresionantes vistas de toda la ciudad.
Hoy es sencillo conocer cuánto se paga por una de las mansiones de reciente y moderna construcción; de hecho, la villa más cara a la venta, Solitaire, está tasada por 65 millones de euros, según la agencia inmobiliaria Engel & Völkers, que especifica que la urbanización cuenta con alrededor de 450 unifamiliares que rondan entre los 400 y los 2.500 metros cuadrados y que en el mercado no se venden por debajo de los dos millones y medio de euros. Sin embargo, los orígenes de esta zona son algo menos ostentosos. La primera vez que se conoció su topónimo, en 1518, apenas era una finca cercana a la ciudad de Palma bajo el bosque y que tenía uso agrícola. Ya a principios del siglo XX, Nicolau Truyols construyó un castillo –hoy alberga el establecimiento de cinco estrellas Hotel Castillo Son Vida– y años más tarde, en la década de los 50, el bodeguero mallorquín José Luis Ferrer y el expiloto estadounidense Steve Kusak idearon la urbanización para poner los cimientos de lo que es hoy.
Vecinos ilustres
Al principio, las familias más acaudalas de Palma, empresarios hoteleros y joyeros, entre otros, adquirieron sus viviendas en la zona baja de Son Vida. Allí cuentan con residencia algunos de los miembros de la familia Escarrer, del grupo Meliá o los Miró. También en la zona compró una parcela al empresario Matthias Kühn, actual pareja sentimental de Norma Duval o el fallecido expresidente Aldolfo Suárez; se trataba de una vivienda de 4.000 metros cuadrados, con diez habitaciones y otros tantos cuartos de baño.
Poco a poco, la localización fue llamando la atención de los extranjeros, que encontraban en ella un lugar seguro, con el aeropuerto a 15 minutos, tres campos de golf de primer nivel y una gran privacidad. Mérito también de esta fama internacional la tiene el Castillo Son Vida, que comenzó a alojar en sus dependencias a monarcas como don Juan Carlos, Faisal de Arabia Saudí o, de los más recordados, Rainero y Grace de Mónaco, que ejercieron de anfitriones de Maria Callas y Aristóteles Onassis. Mijáil Gorbachov, Felipe González, Brigitte Barot, John Lennon, Julio Iglesias, Montserrat Caballé, Jean-Paul Belmondo o Anthony Quinn son otros nombres de ilustres que han dejado su firma en el establecimiento. Y para firma, la de Pedro Almodóvar que escribió el guion de la película «Carne trémula» entre esas cuatro paredes.
La parte alta de Son Vida se convirtió entonces en el lugar favorito de las grandes fortunas internacionales, magnates, deportistas, artistas y empresarios que aun hoy residen allí bajo la más absoluta discreción. El fallecido ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle y su pareja, el empresario Michael Mronz; la tenista serbia Anna Ivanovic; el portero alemán Oliver Kahn; el centrocampista Schweinsteiger; el exjugador del Real Madrid, Steve McManaman o el traficante de armas Adnan Kashoggui. También Moody Fayed, sobrino del millonario egipcio Mohamed Al Fayed, –en su día dueño de Harrods– residen con su mujer y cuatro hijos; Douglas Tompkins, fundador de la firma Esprit ; Mona Nasser, hija del presidente egipcio Gabal Abdel Nasser, altos cargos políticos de Qatar e, incluso, actores como Joseph Fiennes, que tiene a sus dos hijas escolarizaras en un colegio internacional de la zona.
Entre los nombres patrios, además del ya mencionado Gabriel Escarrer, se encuentran vecinos como el hotelero Antonio Catalán o el matrimonio formado por Carlos Moyá y Carolina Cerezuela. Hay más fortunas nacionales con residencia oficial, pero su estancia es más anónima.