Paro de camiones y tractores
SeSe avecinan semanas complicadas y difíciles porque hay dos sectores que están a punto de estallar y que pueden poner al Gobierno contra las cuerdas. Se podría decir, sin ánimo de exagerar que, si se ponen a ello, paralizarán una parte muy importante de España. Por un lado, está el transporte de mercancías por carretera, vamos el de los camiones. O se arreglan las cosas o se avecina una huelga patronal, aunque los términos parezcan contradictorios. De entrada se sienten ninguneados por el Ministerio correspondiente; después, se encuentran sometidos a un importante alza de los costes, principalmente por la subida del gasóleo; el anuncio de los peajes mediante viñetas o el instrumento que se decida crear ha venido a dar la puntilla. Y por si lo anterior fuese poco, faltan y faltan y faltan camioneros. Cuentan desde las empresas más importantes que habían capeado el temporal gracias a conductores del Este, que ahora se han vuelto a sus países, donde también hacen falta. En resumen, la tormenta perfecta. Eso en lo que respecta a los camiones.
En lo relativo a los tractores, los agricultores y ganaderos también se encuentran en una situación límite. Los primeros sufren una importante subida de los costes, con el precio de los fertilizantes disparado, lo mismo que la luz y el gasóleo; también la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y las cargas sociales. Del lado de los ganaderos, además de la energía, destaca el incremento de los precios de los alimentos para animales, fundamentalmente cereales y oleaginosas; por si esto fuera poco, las cotizaciones de los animales o de las mercancías que producen, como la leche y los huevos, no son suficientes para hacer frente a la subida de los costes de producción. Total, que están en pérdidas, en algunos casos, como el del sector lácteo, desde hace muchos meses. Nos encontramos también ante la tormenta perfecta. Si los unos y los otros salen a las carreteras, el país puede quedar casi bloqueado.