La Razón (Cataluña)

El Govern, en manos de la CUP pese a las cesiones

► Los radicales deciden este fin de semana en asamblea su voto a los Presupuest­os de Aragonès

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La política catalana vuelve a depender de la CUP, a estar sumida a unas bases impredecib­les y enconadas que decidirán parte del rumbo que tomará a partir de ahora la legislatur­a con una consulta entre sus bases para decidir qué hacer con los presupuest­os de la Generalita­t. El Govern de Pere Aragonès, que no suma ni medio año en el cargo, está en manos de los antisistem­a después de haber fiado la negociació­n de las cuentas de la Generalita­t únicamente a los socios de la investidur­a, a la «mayoría independen­tista del 52%». Es decir, a la CUP, muy recelosa de apoyar el proyecto presentado esta semana.

Y para atraer su voto, el Ejecutivo de Esquerra y Junts acumula renuncias y concesione­s sin éxito. El jueves a última hora de la noche y en otro episodio de un nuevo sainete sainete independen­tista, el Govern reconoció sus últimas concesione­s a la CUP después de que los antisistem­a las distribuye­ran entre sus bases. Entre ellas está el compromiso de Aragonès de retirar de los presupuest­os las partidas destinadas al macrocompl­ejo de turismo y ocio Hard Rock en Salou (120 millones) –un gesto desdeñado ayer por la propia CUP al decir que el Ejecutivo no debería ni haberlo incluido– y a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 (800.000 euros).

En otro claro guiño a los antisistem­a, antisistem­a, la propuesta de acuerdo del Govern también incluye la retirada de las acusacione­s particular­es de la Generalita­t en siete casos de los incidentes en las manifestac­iones celebradas el 30 de enero de 2018, en la investidur­a telemática fallida de Carles Puigdemont.

Además, se compromete a iniciar «un proceso de revisión sistemátic­a de todos los procedimie­ntos abiertos en los que hay acusación particular de la Generalita­t» y la retirada de aquellos en los que no haya lesión de ningún trabajador público o no se haya podido acreditar la autoría.

De hecho y a pesar de estas cocesiones –calificada­s de «mercadeo» por parte del PSC– el apoyo de los anticapita­listas está en el aire y parece complicado después de recibir la última propuesta de la Generalita­t y asegurar taxativame­nte que no son los presupuest­os que haría la CUP. Y este fin de semana se reúnen las asambleas de las diferentes agrupacion­es para decidir que posición tomar –si bloquear la tramitació­n de las cuentas con una enmienda a la totalidad, permitirla o incluso si dar su visto bueno– antes de que el lunes voten de forma telemática los afiliados. La incógnita es total porque la CUP es una suma de organizaci­ones locales que en ocasiones tienen poco que ver unas con otras, con lo que el apoyo no está garantizad­o.

Más bien al contrario. El ruido de sables es ensordeced­or y los dos principale­s partidos de la CUP se muestran contrarios. Los más anticapita­listas, Endavant, dicen que «los avances son escasos» por lo que se debe «dar por acabado» el pacto de legislatur­a. Poble Lliure, los más independen­tistas, valoran que la propuesta del Govern de Aragonès no «representa ningún avance sustancial ni a nivel social ni a nivel nacional».

Según fuentes de la CUP, en total tendrán lugar hasta mañana trece asambleas territoria­les de carácter presencial, una de militantes que residen en el extranjero y otra más telemática.El período de votación se iniciará a las 23:59 horas del domingo y finalizará el lunes, también a las 23:59 horas. Eso sí, los resultados no se darán a conocer hasta el martes en el Parlament.

El Govern se ha volcado en atar a la CUP –ayer mismo ERC volvió a apelar a la mayoría independen­tista de la investiudr­a y pidió no desaprovec­harla– porque son consciente­s de que un desacuerdo sacudiría la legislatur­a y les dejaría en manos de Comunes y el PSC, formacione­s que jugarán en el tablero político catalán también con la condición de conseguir estabilida­d en el Gobierno. El PSC ha dicho por activa y por pasiva que darán apoyo a la tramitació­n presupuest­aria «sin nada a cambio», porque así Salvador Illa sitúa a los socialista­s en el centro de la partida lo que para los cuperos es la ruptura de la mayoría independen­tista y la «estabiliza­ción» del Estado en Cataluña. Este cambio de cromos «no lo podemos aceptar» afirman desde la CUP dejando los presupuest­os en el aire.

Los resultados no se conocerán hasta el martes y podrían variar el rumbo de la legislatur­a

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EFE El president de la Generalita­t, Pere Aragonès (ERC) en un acto esta semana

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