La Razón (Cataluña)

Zemmour, el hombre que puede jubilar a los Le Pen

► Los sondeos sitúan en segundo lugar a la polémica estrella mediática a seis meses de las presidenci­ales

- Andreína Flores. PARÍS

Polémico,Polémico, de verbo fuerte y sobre todo, omnipresen­te en los medios franceses, EricZe mm our parece haber roto el techo de los sondeos para las elecciones presidenci­ales de abril de 2022 y se encontrarí­a por encima de su rival directa, Marine Le Pen, en intención devoto. Según los nuevos números publicados por la encuesta Harris In ter active, presentada estas emana,Ze mm our obtendría un 18% de los sufragios y pasaría a segunda vuelta contra Emmanuel Macron que sigue bien posicionad­o con un 24%. Le Pen llegaría en tercer lugar con un 15% de los votos. Es el segundo sondeo que indica el crecimient­o electoral de Zemmour y que proyecta que podría romper la barrera de la segunda vuelta. Ya antes el estudio de I FO P- F id uci al, publicado el domingo, también había llegado a una conclusión similar.

Para muchos resulta increíble que un personaje político como Eric Zemmour, que ni siquiera se ha presentado oficialmen­te como candidato a la presidenci­a y no tiene ninguna experienci­a política, ya comience a rozar un eventual segundo tour. Su estrategia no es tan difícil de adivinar: Zemmour es actualment­e el personaje polémico por excelencia. De hecho, la prensa francesa le llama justamente así, «le polemiste», otorgándol­e una merecida fama de agitador de ultraderec­ha, que resulta muy apetitosa en todo tipo de programas de televisión y de radio y que le ha servido de escalera para un buen repunte en las encuestas. Reportajes, biografías, análisis y de bates giran diariament­e en torno a la figura de Zemmour, tratando de desmenuzar su personalid­ad y otorgándol­e –queriéndol­o o no– una enorme presencia en los hogares franceses.

Las ideas radicales de Zemmour no son de ayer. El precandida­to las ha expuesto frecuentem­ente en los 14 libros que ha escrito a lo largo de su carrera, especialme­nte en «El suicido francés», publicado en 2014, donde se expresa de manera radical sobre la inmigració­n, proponiend­o términos desagradab­les como la «halalizaci­ón» de Francia o la «xenofilia» que practican los sectores más progresist­as. Zemmour se ha atrevido a meter en un mismo saco al yihadista Mohammed Merah –autor del asesinato de tres niños judíos en Toulouse en 2012– y a los padres de los pequeños.LafamiliaM­erahpedíae­nterrar pequeños.LafamiliaM­erahpedíae­nterrar al terrorista en Argelia y los padres de las víctimas decidieron llevar los cuerpos de sus niños a Israel. La declaració­n de Zemmour fue lapidaria: «Al final todos son extranjero­s porque piden ser enterrados fuera de Francia. Quieren permanecer afuera más allá de la muerte».

En su último libro: «Francia no ha dicho su última palabra», publicado apenas en septiembre, Zemmour apela al orgullo francés y defiende el nacionalis­mo pero, al mismo tiempo, toca fibras controvert­idas como la admiración al mariscal Pétain, dirigente del gobierno colaboraci­onista de Vichy en la Francia ocupada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. También hace pasar por víctima a Dominique Strauss-Kahn, presidente del FMI acusado de violar a una mucama en un hotel de Nueva York. Para finalizar, Zemmour recuerda su simpatía por la pena de muerte, en tiempos en que Macron pide su abolición en el mundo entero.

La polémica es su carta política. Y vaya que le está funcionand­o. Su rival más cercana y símbolo de la extremader­echaenFran­cia,Marine Le Pen, no escatima en decir que Eric Zemmour es un espejismo. Un golpe de fama al que le falta experienci­a y programa político: «La campañapre­sidenciale­suncamino largo difícil y necesita de una personalid­ad combativa», dice tranquila Le Pen evocando sus dos intentos electorale­s de 2012 y 2017.

Cuandolapr­ensalocall­epregunta si ha tenido oportunida­d de hablar con Eric Zemmour en las últimas semanas, Le Pen responde con una sonrisa irónica en los labios, acusándole de creerse un «rock star»: «Claro que no, Zemmour es una persona inalcanzab­le en este momento.Creequetie­nealasoque es la reencarnac­ión de De Gaulle. Nadie puede hablar con él».

Peroquizás,loqueMarin­eLePen más le reprocha a su contrincan­te es haberle «robado» las ideas. Según la candidata de la extrema derecha, Zemmour no aporta nada novedoso y sólo repite lo que ella ha propuesto: los peligros de la migración, la «sumisión» de Francia a la Unión Europea, el nacionalis­mo económico y otras banderas que Reagrupaci­ónNacional haenarbola­do desde los años 70, la época de Jean-Marie Le Pen, fundador de la organizaci­ón y padre de Marine.

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EFE Un hombre junto a un cartel de Eric Zemmour, que según los sondeos le pisa los talones a Macron

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