La Gran Depresión de la edad contemporánea
► Un ensayo que firman dos grandes especialistas en el tema sirve para entender cómo se han producido las cuatro grandes recesiones económicas del último siglo y medio
HaceHace un par de años se cumplían noventa de una de las crisis que marcaron el siglo XX en todos los ámbitos. Fue el jueves 24 de octubre de 1929 (el «Black Thursday»), en que se produjo el crack de la Bolsa de Nueva York. Más de 16.000.000 de títulos que cotizaban a la baja no hallaron comprador, provocando con ello la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales habían adquirido dichos títulos con créditos créditos que ya no eran capaces de pagar. El pánico se apoderó de Wall Street, y la gente se apresuró a sacar su dinero de los bancos. Estos, a su vez, se vieron abrumados ante las deudas que de repente no podían cobrar; se bloquearon los nuevos créditos y no era asumible refinanciar las deudas existentes. Multitud de bancos y negocios se fueron a pique, y el caos se contagió a todo el planeta, que sufrió una contracción económica generalizada tan fuerte y prolongada que se vino a llamar la Gran Depresión.
Aquel nombre, que tiene ecos ahora a raíz de la Gran Recesión ocurrida cuando la economía mundial colapsó en 2008 a causa de fallos en la regulación económica y la sobrevaloración de productos financieros, entre otros, tuvo un impacto descomunal, claro está, en la sociedad, la política, la economía de las familias y el empleo. Sucedía una hecatombe monetaria en un país en el que se detenía el consumo, se paralizaban las inversiones y se multiplicaba el paro en todos los ámbitos, trayendo la desgracia tanto a los más acaudalados como a los más pobres, sobre todo a trabajadores del campo, muchos de los cuales quedaron arruinados y se vieron en la obligación de vender sus tierras y emigrar.
Ambas crisis mastodónticas han sido objeto de estudio por parte de dos grandes expertos en estas lides, José Morilla Critz, catedrático emérito del Departamento de Fundamentos de Economía e Historia Económica de la Universidad de Alcalá, y José Miguel Reyes Mesa, catedrático de la Escuela Universitaria de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Granada. Lo han hecho en «Los fundamentos de las grandes crisis económicas: 1873, 1929, 1973, 2008», donde analizan, como indica el título, también los desastres financieros sucedidos en dos momentos que se conocen mucho menos dentro de la edad contemporánea: los años 1873 y 1973, y además con un necesario, habida cuenta de la complejidad de la materia tratada, punto de vista didáctico y divulgador; todo lo cual permitirá tanto a personas conocedoras como a neófitos averiguar los intríngulis de tales fases críticas y sus consecuencias traumáticas para el devenir de la población mayoritaria.
Mercados imprevistos
Una explicación de lo que son las crisis económicas, las recesiones y las depresiones, el significado de los ciclos económicos, el crecimiento económico y el sistema financiero, el hecho de entender lo imprevisto en los mercados financieros, la relación de las crisis económicas con el proteccionismo, el nuevo paradigma con el advenimiento de la segunda revolución industrial, el impacto de las nuevas tecnologías y de la coyuntura en la organización de los negocios... Se concentran en el libro un sinfín de asuntos de manera concisa pero a la vez completa, alcanzando también asuntos como el comercio internacional, el imperialismo y la expansión del capitalismo, las consecuencias de las guerras mundiales, la especulación bursátil, la estanflación, la crisis del petróleo, la globalización, la crisis del Sistema Monetario Europeo, la burbuja tecnológica o de las punto com, o explicando las teorías de nombres propios como John Kenneth Galbraith, Frederic Winslow Taylor, John Mainard Keynes oy Paul Krugman, entre otros.
Todo parte de la crisis de 1873, que, según los autores, «tuvo un fuerte impacto sobre los países más desarrollados y sobre otros dependientes de ellos, pues cuando los pedidos de suministros de materias primas y productos alimenticios a estos últimos decayeron, sus economías también se resintieron», y que parecía en un principio que sería de poca duración. Sin embargo, inauguró un largo período de recesión, que fue conocida como la Gran Depresión, hasta que el apelativo se asentó en lo acontecido en la década de 1930. Aquella decimonónica, pues, fue la primera gran crisis financiera mundial del capitalismo industrial, que se diría que aún dura, casi un siglo y medio después.