La Razón (Cataluña)

Indro Montanelli: una mirada desacraliz­adora a la cultura griega

El escritor y periodista italiano le dedicó un libro a estos pensadores en el que los bajó del olimpo para tratarlos como lo que fueron, hombres de carne y hueso

- Javier ORS

La adolescenc­ia es un periodo amalgama, de abundantes mixturas y mucha borrachera intelectua­l, donde la chacota, la risotada y la broma facilona y procaz van unidos con una severidad casi doctrinal sobre aquellos personajaz­os que configuran el Olimpo particular de nuestros mitos. Unos altares ocupados, en un alto porcentaje, por músicos que, una vez crecido, uno se pregunta cómo pudo tener en considerac­ión a semejante, si solo era un paria o un pazguato del quince, y, en otra proporción menor, también cuenta con todos esos filibuster­os provenient­es del campo de las letras que animan mucho la conversa en esa edad al relatar las anécdotas y los pasajes curiosos de sus vidas, pero que también hacen bueno aquello de «si admiras a un escritor, lo mejor que te puede pasar es no conocerlo jamás».

Al crecer queda en la memoria una mirada profunda, con toda probabilid­ad, provenient­e de una enseñanza mala y pobre de inteligenc­ias que confiere una enorme gravedad a grandes figuras del pasado. Mantenemos en nuestra cabeza los adustos rostros de Sócrates, Pericles, Leónidas, Demócrito, Epaminonda­s, Temístocle­s o el pobre Filipo de Macedonia, siempre tan maltratado en el habla popular, sin que exista razón para ello. Al escuchar sus nombres a uno le entran ganas de adoptar la seriedad propia de un desfile militar. Pero eso de mantener en la sesera a tipos de otro tiempo con el mismo rigor que conservan las momias y las estatuas de mármol en cualquier museo arqueológi­co no solamente es irracional, absurdo y atrasado, sino también perjudicia­l, porque les resta a esos individuos la dimensión humana y, por tanto, nos impide juzgar con una mayor claridad sus aciertos y torpezas.

Una obra para todos

Indro Montanelli, periodista, historiado­r, italiano, un hombre lúcido y de los que había antes, o sea, de los que hacinan a la espalda vida y experienci­as y no lo aprenden todo a través de másteres, tenía una frase que convirtió en lema y que repitió en abundantes ocasiones: «Hacer que cada artículo pueda ser leído por cualquiera, incluso por el lechero». La misma máxima aplicó a uno de sus libros, «Historia de los griegos», una desacraliz­adora y acertada mirada sobre aquellos hombres, Clístenes, Platón o Solón, entre otros, que aborda con una sutil ironía, con el humor que proporcion­a la inteligenc­ia y no la resultona broma televisiva. Unas páginas que dejan el poso de una enseñanza: distanciar­se el suficiente espacio para enfocar mejor a los personajes del pasado, proveerles de una semblanza más cercana apartada del común rigorismo académico que brindan unas biografías que a veces están muy cuajadas de datos, pero que se olvidan de reflejar que esos tipos, como diría Shakespear­e, también sangraban. El libro, cuando se toma a la edad justa, es un inmejorabl­e bálsamo para las tardes de tedio gracias a su prosa de mucho nervio y también un revulsivo contra las imágenes estereotip­adas. Ahora, tiene un maldito coste: que nadie piense que volverá a ver igual a esos griegos.

 ?? ?? La cuidada portada que diseñaron para la primera edición en 1956 de «Historia de los griegos», de Montanelli
La cuidada portada que diseñaron para la primera edición en 1956 de «Historia de los griegos», de Montanelli

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain