La Razón (Cataluña)

Jorge Fernández Díaz

-

EstosEstos tiempos que vivimos desdeque comenzó la pan de mi a, han hecho brotar y rebrotar todo tipo de teorías y profecías alimenta das por una sucesión de calamidade­s que parecen no tener fin. También han impulsado ideologías preexisten­tes que pretenden hacer inmune al hombre, transformá­ndolo en un superhombr­e. El transhuman­ismo y el posthumani­smo se encuentran a la cabeza de las que persiguen y promete n una in mor tal idadcibern­é tic ayuna inteligenc­ia robó tic a para un hombre hibridado en una máquina. Es una cosmovisió­n radicalmen­te opuesta a la cristiana, con un Dios que es Amor y que, al crearlo a su imagen y semejanza, convierte al corazón en su órgano vital. Frente a esa cosmovisió­n, está esa otra en la que la inteligenc­ia y el cerebro son lo más valioso de la persona. Lo cierto es que el plan de Dios para la humanidad está «muy bien diseñado», como sostiene el abogado urbanista y experto entra ns humanismo, Albert Cortina. Este proyecto divino se contrapone a la gnosis evolucioni­sta que pretende convertir a la persona humana en seres posthumano­s dotados de toda suerte de dones preternatu­rales que potencian sus capacidade­s mas allá de los límites de su naturaleza. Es la eterna tentación de querer ser «otros dioses» no so metidos a su actual« natural esa », naturaleza­caída y herida por haber sucumbido a ese embaucamie­nto. Cortina nos advierte de la tentación de dejarnos seducir por esas avanzadas tecnología­s que no van a favor del ser humano, sino en busca del ser posthumano sometido a ellas. Otra cosa, obviamente, es la tecnología que elimina, restringe o repara deficienci­as o patologías propias de nuestra condición, y que así mejoran una calidad de vida perdida por una enfermedad o un accidente y que –éstas sí– van a favor del hombre.

Todas las ideologías, desde el nazis mo al comunismo maoísta, que han pretendido construir «superhombr­es» sin referencia alguna aun dios inexistent­e para ellas, han tenido el mismo final, que es el ya conocido: se han desmoronad­o estrepitos­amente como gigantes con pies de barro, dejando un rastro de desolación tras de sí. Frente al señuelo de una in mor tal idadcibern­ética, la cosmovisió­n cristiana de para una vida eterna con el alma inmortal en un cuerpo resucitado con una «natura ya no lesa», sino dotada de cuantos dones preternatu­rales, naturales y sobrenatur­ales gozaba antes de sucumbir a la tentación del «Homo deus».

Es el plan divino de la« restitució­n» a una condición natural perdida temporalme­nte, pero no anulada por su Creador, que desea que –como hijos suyos– se hagan acreedores de ella, reconquist­ándola con su inteligenc­ia y su voluntad puestas a la consecució­n de ese fin.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain