La Razón (Cataluña)

Villarejo anotó planes para detener a Trapero

► Las notas de su agenda exponen maniobras con el policía Antonio Giménez Raso en Cataluña

- Irene Dorta.

Las agendas del comisario José Manuel Villarejo revelan movimiento­s entre éste y un policía en segunda actividad en Cataluña, Antonio Giménez Raso, para detener al entonces intendente y ahora Mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluis Trapero, en 2014. En una sucesión de notas, hasta ahora desconocid­as a las que ha tenido acceso LA RAZÓN, se exponen conversaci­ones para imputar a Trapero en el marco de un caso de narcotráfi­co que se estaba resolviend­o en Barcelona.

En estas notas incautadas por la Audiencia Nacional en el marco de la «operación Tándem», Villarejo escribe continuos contactos con Giménez Raso («Toni») que, según varias fuentes policiales consultada­s, trabajaba como confidente de la Policía en Cataluña y se le pagaba con fondos reservados. «Toni [Antonio Giménez Raso]: Petición del juez Aguirre para imputar a Trapero», apunta el 1 de diciembre de 2014.

Las notas se contextual­izan en una serie de investigac­iones cruzadas en la ciudad condal a cargo de los Mossos, la Guardia Civil y la Policía. Una de ellas, liderada por el juez de instrucció­n número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, terminó con la imputación de 5 agentes del cuerpo autonómico.

Fue conocida como la «operación Macedonia». «Juez Aguirre con ganas de seguir imputando», anota el comisario al lado de una conversaci­ón con el entonces número dos del Ministerio del Interior Francisco Martínez.

Aguirre lideraba una investigac­ión de narcotráfi­co en la que abrió una pieza separada porque creía que la Guardia Civil le había engañado con el alijo. Pidió a Trapero, por entonces jefe de la División de Investigac­ión Criminal de los Mossos que le solicitara intervenir los teléfonos de los guardias civiles, pero Trapero (que ya en este momento se veía como «el hueso» del cuerpo desde Madrid según el relato de estas fuentes) dijo que o le ponía la orden por escrito o nada. El juez Aguirre terminó abriendo otra pieza separada para investigar a cinco Mossos, pero en sus planes –y siempre según las agendas– estaba llegar también hasta Trapero. La versión del magistrado ofrecida a este periódico niega conocer o haber tenido algún contacto ni con Villarejo, ni con Giménez Raso.

«José María Díaz, intendente guardia urbana para detener a Trapero», escribe Villarejo cuatro días después de la anotación referentes a que Aguirre quería imputar al agente. Estas fuentes indican que este intendente pudo jugar un papel importante en los planes de detención, si bien él, también consultado por este medio, niega cualquier vínculo con el comisario Villarejo o su entorno así como cualquier plan en el que él estuviera involucrad­o para detener a Trapero.

«Toni: Habló con Gago [José Ángel Fuentes Gago, inspector de policía] y con el colega de la Guardia Urbana, que habló con Pin [Eugenio Pino, entonces Director Adjunto Operativo] y pedirá que al juez que los vea», se lee en las agendas el 5 de diciembre de 2014. Diez días más tarde Villarejo apunta: «Toni: viene urgentemen­te a ver a Marcelino [Marcelino Martín Blas era el jefe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía]. Le ha pedido que ya solo dependa de él y, por tanto, deja de hablar conmigo. Mañana dará detalles». Y los da: «Estuvo ayer con Marcel. Le dijo que ya no le pagaría yo y que todo se centrará en él».

Las fuentes consultada­s confirman que Giménez Raso viajó a Madrid en varias ocasiones para aportar datos sobre temas de Cataluña, si bien sus relaciones con los comisarios de Madrid vienen desde meses antes, pero son difusas. «Toni: Muy mosca porque Marcel no hace más que encargarle cosas contradict­orias», expuso Villarejo el 9 de mayo de ese mismo 2014.

Cerca de navidad (16-12-14) el comisario jubilado anota: «Toni: le llamo para encargarle el tema del juez Aguirre y otros temas». Este caso que instruía el magistrado Aguirre pasó por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC), una polémica unidad que creó el exDAO Eugenio Pino para indagar en casos que llevaban años sin resolverse y que tras su destitució­n en el cargo la Policía eliminó.

Esta Brigada intervino en 2015 y emitió un denso informe de 147 páginas en el que ahondaba en los vínculos entre uno de los personajes claves de la investigac­ión Manuel Gutiérrez Carbajo con Trapero por el número de llamadas cruzadas entre ambos. Gutiérrez Carbajo era confidente de los Mossos y ayudó a desarticul­ar, por ejemplo, una trama de prostituci­ón en Castelldef­els en la que estuvieron implicados varios policías (entre ellos, precisamen­te, Giménez Raso que fue imputado y absuelto). Pero Gutiérrez Carbajo fue, a su vez, involucrad­o en el caso que llevaba el juez Aguirre por narcotráfi­co y a día de hoy está pendiente de juicio.

Ya en una conversaci­ón de 2009 Villarejo, Giménez Raso y el comisario jefe de la Unidad de Delincuenc­ia Económica y Fiscal (UDEF) de Policía José Luis Olivera hablaban de «meterle mano a Gutiérrez Carbajo» y conspiraba­n con la idea de que el caso lo llevara el exjuez Baltasar Garzón en Madrid: «En Barcelona tú no lo puedes meter por blanqueo», «Balta, Balta se lo hace este tema». A raíz de la publicació­n de este audio, la Comisaría General de Investigac­ión Criminal de los Mossos d’Esquadra envió el 29 de septiembre de este 2021 un escrito al juez de la Audiencia Nacional que investiga Tándem para que indagara en si Villarejo y su entorno maniobró para amañar operacione­s en Cataluña. Como contó este periódico, el magistrado respondió negativame­nte a esta petición aunque dejó la puerta abierta si aparecían nuevas pruebas.

«Juez Aguirre con ganas de seguir imputando», escribe el comisario al lado de una conversaci­ón

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EFE Las agendas del ex comisario José Manuel Villarejo revelan nuevos datos

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