Tensa calma en Ecuador tras la matanza
► Un total de 34 de los 68 cadáveres de la cárcel de Guayaquil ya han sido identificados
Una tensa calma se vivía ayer en los exteriores de la cárcel ecuatoriana en Guayaquil donde el sábado fallecieron 68 reos en enfrentamientos entre internos de distintos pabellones. En las afueras de la penitenciaría, Efe constató decenas de policías dispuestos para controlar la situación en caso de que se repitan los ataques entre presos, como ocurrió la madrugada del sábado cuando atacaron el pabellón 2, rompieron paredes, quemaron colchones y hubo disparos.
Asimismo, los militares custodiaban la zona en los exteriores de la penitenciaría, la más importante de la provincia costera del Guayas (suroeste) y donde en septiembre pasado hubo otra masacre en la que murieron 118 presos por enfrentamientos entre bandas presuntamente vinculadas al narcotráfico que se disputan territorios. En los exteriores de la cárcel también estaban familiares de los reos a la espera de información sobre sus parientes. Envuelta en llanto, Gloria Maya buscaba información sobre su hijo Benito Parra, recluido en el cárcel hace cuatro años. Maya contó a Efe que otros reos le pasaron fotos del cuerpo de su hijo tirado en el patio y le dijeron que recibió disparos durante los ataques. La mujer contó que el último contacto con su hijo lo tuvo cerca de las 18:00 del sábado, poco antes de que se registrara un nuevo enfrentamiento, y le comentó que estaba contento porque «llegó la comida: una sopa de carne y un arroz. A mi hijo le dispararon en la espalda, yo soy enfermera y no puedo hacer nada por mi hijo. Se me fue mi hijo, se me fue, mi único varón, me quedo con una única hija», dijo en medio de un desgarrador llanto.
Al cierre de esta edición, un total de 34 cuerpos habían sido identificados. La Secretaría de Derechos Humanos informó que entregará en las próximas horas los féretros a las familias, mientras Criminalística continúa trabajando en la identificación de los demás fallecidos. Según el Gobierno, de momento «no se registran incidentes en los centros de privación de libertad del país» y, de acuerdo, a los directores de cada uno de los centros penitenciarios, «en los recintos se mantiene el orden y control y las actividades se desarrollan con normalidad».