Puigdemont exige liderar el «procés» desde su Parlamento fantasma
Monta una «performance» en el sur de Francia entre críticas al Estado y mensajes a Esquerra por la estrategia a seguir
Carles Puigdemont organizó este domingo una «performance» para constituir su parlamento paralelo en el sur de Francia, al lado de Perpiñán -en la localidad de Caneten-Roussillony Caneten-Roussillony al filo de la frontera con España. Y lo hizo con una sesión inaugural de la asamblea de representantes del Consell per la República que ha replicado prácticamente al detalle el orden del día de la constitución de la cámara catalana en el inicio de cualquier legislatura.
En este sentido, se constituyó la mesa de edad, se han votado los respectivos cargos paralelos –presidencia, en manos de una concejal de la CUP, la vicepresidencia y las secretarias del Parlamento «fake»– e incluso sus comisiones. Eso sí, Puigdemont ha acaparado protagonismo desde el minuto uno y ha tomado la palabra al inicio de la sesión para mandar dos mensajes: uno contra el Estado y otro en alusión a Esquerra.
«Estamos demostrando por qué queríamos una república, y no era para cal carla mal dicha democracia española, sino estando inspirados por una vocación insobornablede radical id ad democrática », aseguró hablando de una hipotética Cataluña independiente y presumiendo de la gestión del Consell per la República, el órgano privado que preside desde Waterloo (Bélgica).
Y exigió de nuevo pilotar el mando del «procés» trazando un símil viario entre los que prefieren «autopistas» –en referencia velada a ERC– y los que apuestan por caminos caminos más tortuosos: «El Consell per la República es quien debe fresar el camino de la independencia», «nos toca a nosotros hacerlo», remachó en su intervención.
Así, los miembros electos del organismo eligieron este domingo a la concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Arenys de Mar (Barcelona), Ona Curto, como presidenta de la Mesa de la Asamblea de Representantes de la organización. En la sesión constituyente, Maria Costa (Unitat Catalana) ha sido elegida vicepresidenta primera y el exconcejal y activista Jordi Pesarrodona (Junts) vicepresidente segundo.
En cuanto a las secretarías, Joan Puig (militante de ERC, aunque crítico con la línea del partido) fue escogido secretario primero y Assumpció Laïlla (Demòcrates) secretaria segunda. Y eso que tanto los republicanos como los antisistema han abandonado a Puigdemont y su cámara «fake» y no han participado en ella, ni hace dos semanas ni ayer.
Y es que el organismo de Carles Puigdemont celebró hace 15 días elecciones internas entre sus afiliados para escoger un Parlamento fantasma en las que el propio Puigdemont fue el candidato más votado, apoyado por el 93,3% de los participantes. Es decir, por un total de 21.086 fieles (de 22.584) que se sumaron a un proceso alambicado y que se alargó todo un fin de semana. Por detrás quedaron en este orden Clara Ponsatí, Toni Comín, Lluís Puig y Laura Borràs, todos de Junts.
A los comicios virtuales sólo votó un 26% del censo habilitado, en concreto las citadas 22.584 personas. La cámara paralela la forman 121 componentes independentistas: 81 miembros de la ciudadanía (inscritos en el registro ciudadano) y 40, cargos electos (concejales, diputados, senadores y eurodiputados).