El Govern planea ampliar el uso del pasaporte Covid para evitar cierres
Extenderá su obligatoriedad más allá del ocio nocturno si siguen los contagios
AnteAnte el avance de la sexta ola por media Europa y prácticamente a las puertas de la Navidad, la Generalitat de Cataluña valora ampliar el uso del pasaporte Covid más allá del ocio nocturno para tratar de atajar el aumento de contagios en pleno invierno. El Ejecutivo califica de «preocupante» el aumento de la propagación de la epidemia y baraja ya según qué estandartes aplicar una medida que no será «inmediata» y que está pensada para evitar nuevas restricciones.
«Los datos son preocupantes pero no está previsto que, con carácter inmediato, se implante el certificado covid más allá del ocio nocturno, aunque si hay que tomar nuevas medidas porque los datos continúan al alza y malos, antes que restricciones de horarios o de aforos se ampliará en otros ámbitos», apuntó la portavoz del Ejecutivo Patricia Plaja, quien rechazó avanzar a qué sectores se extendería la obligatoriedad del certificado Covid.
De concretarse esta medida, la Generalitat debe apuntalar y justificar al máximo el uso del pasaporte Covid ya que requerirá el aval del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). En la actualidad y al margen de los viajes al extranjero, sólo es obligatorio para el ocio nocturno, para bares y discotecas de noche y fiestas de bodas y ceremonias en interiores. Por ello, implantarlo de forma masiva con el punto de vista puesto en el sector de la restauración requeriría del aval judicial que lo permita.
En este sentido, además del impacto de los contagios sobre el sistema sanitario –hospitalizaciones, UCI y centros de atención primaria–, el Govern también tendrá en cuenta un informe que ha elaborado el comité de expertos que asesora al Ejecutivo y que remitirá en breve al departamento de Salud y a la comisión delegada sobre la pandemia: «No es vinculante pero se tiene muy en cuenta su posicionamiento».
Por ejemplo, la Generalitat tiene muy en cuenta el número de personas en la UCI y su evolución, y fija como una barrera peligrosa la cifra de 100 ingresados, un límite que Cataluña bordea al tener actualmente 96 pacientes críticos en los hospitales.
Con este giro, Cataluña sigue la senda abierta por el País Vasco: el aumento de la incidencia de coronavirus ha llevado a varias regiones a solicitar a los tribunales la autorización para pedir el pasaporte covid en determinados establecimientos. Todo pese a que la Generalitat siempre ha recelado abiertamente del uso del certificado y ha defendido usarlo lo menos posible.
Y es que, en el caso de Cataluña, el Govern también está «preocupado» por lo que pueda suceder en diciembre, especialmente durante el puente de la Purísima y las fiestas de Navidad, dos escenarios «que pueden ser complicados» y ante los cuales ha pedido máxima prudencia e intensificar el uso de la mascarilla. No obstante, ha evitado adelantar si la Generalitat prevé implantar algún tipo de medida de cara a Navidad ya que, a su juicio, «quedan demasiados días para hacer una previsión a medio plazo».
Y es que los contagios no dejan de crecer en Cataluña, donde la curva epidémica vuelve a una inclinación vertical, con casi 700 diagnósticos nuevos cada día, lo que ya ha empezado a repercutir en un aumento de ingresos en las UCI y una mayor mortalidad que en los pasados días.
El riesgo de rebrote (EPG), índice que mide el potencial de crecimiento de la epidemia, se ha disparado este martes hasta los 144 puntos, catorce más que ayer, con lo que la curva epidémica se enfila de nuevo en vertical, con un riesgo que es casi el triple que hace dos semanas y el doble que hace siete días.
La velocidad de propagación del virus (Rt) es de 1,56, dos centésimas más que ayer, es decir, que cada 100 infectados contagian a una media de 156 personas, consolidando la transmisión comunitaria del virus. Cataluña roza el 75% de población vacunada (74,6%), con coberturas muy por encima del 70% en todas las franjas salvo la de 20 a 34 años (69%). Y de momento, un total de 345.731 personas han recibido la tercera dosis, dentro de los grupos priorizados por el Ministerio de Sanidad: enfermos con inmunosupresión o usuarios de residencias.