Las viviendas en alquiler aumentan la morosidad un 66%
Las turbulencias del mercado de la vivienda derivadas de la pandemia han arrastrado a la baja la rentabilidad del alquiler y han disparado la morosidad de los inquilinos, lo que unido al ruido y el temor a la futura ley de vivienda dibuja un panorama incierto para el aumento de la oferta. Esta incertidumbre es la que ha empujado al 20% de los pequeños propietarios a los que vencía este año el contrato de arrendamiento a poner a la venta sus casas, cuando antes de la pandemia ese porcentaje no superaba el 2%, según datos de la Agencia Negociadora del Alquiler. Aunque algunos operadores hablan de fase de estabilización, la rentabilidad del alquiler ha caído un 30% desde 2018 para quedar en el 4,5 % en la vivienda nueva y el 6 % en la de segunda mano –la que concentra la gran mayoría de la oferta–. Y la tendencia es descendente en todo el territorio nacional.
El informe Rentabilidad del Alquiler 2021, elaborado por Euroval y el Instituto de Análisis Inmobiliario, los dos mayores mercados residenciales, Madrid y Barcelona, presentan una evolución dispar: desde 2018 en la capital española se ha reducido la rentabilidad del alquiler de vivienda nueva un 33% y en la catalana el 14%.
Entretanto, la pandemia provocó que los impagos en los alquileres creciesen un 66,2% en 2020 y alcanzasen cotas de morosidad mayores que en los años más duros de la crisis financiera (2009-2012), cuando los casos se incrementaron un 55,5%. El decimotercer estudio del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) sobre Morosidad en Arrendamientos urbanos en España, que se ha presentado esta semana, indica que los inquilinos dejaron a deber de media el año pasado 6.373 euros a sus arrendadores.