«Microsoft pretende cerrar la brecha entre el mundo físico y el digital»
La tecnológica apuesta por los gemelos digitales, el elemento base del metaverso
La carrera por dominar el metaverso se acelera. Después de que Facebook cambiara de nombre a Meta, otras grandes de la tecnología como Microsoft quieren entrar en el tablero de juego. El gigante del software pretende crear espacios virtuales en su aplicación Teams, donde tiene 250 millones de usuarios.
¿Cuál es el concepto preciso de metaverso por el que apuesta Microsoft?
Además de la socialización y colaboración en mundos virtuales, para nosotros el metaverso tiene que ver con un nuevo paradigma de computación donde las soluciones abarcan tanto la nube como los dispositivos conectados a ella. Se construye alrededor de la convergencia de tecnologías tales como computación en la nube, el Internet de las cosas (IoT), gemelos digitales, realidad mixta y sistemas autónomos. Incluye los entornos virtuales/tridimensionales de colaboración, y estamos trabajando en ello desde hace años con nuestra propuesta de realidad mixta. Sin embargo, esto es únicamente la última milla de una visión más completa, más grande, que empieza mucho antes de las reuniones virtuales en mundos tridimensionales. Empieza en un lugar más cercano al negocio de las empresas. Me refiero a utilizar sensores y dispositivos inteligentes para conectar elementos físicos –tales como maquinaria, vehículos, aparatos, etc.– a la nube y crear un gemelo digital. Este constituye una réplica digital del mundo real y es el elemento base del metaverso.
¿Cómo serán vuestros avatares en Teams?
Después de más de un año y medio de pandemia en el que los trabajadores de todo el mundo salieron de sus oficinas y tuvieron que aprender a colaborar online, los expertos en productividad de Microsoft han observado dos tendencias: los trabajadores remotos son mucho más eficientes de lo que la mayoría de los líderes empresariales imaginó; sin embargo, echan de menos los momentos en los pasillos, las puestas al día en la cocina y los encuentros casuales. Extrañan el lenguaje corporal del otro lado de la mesa de la sala de conferencias, la comunicación no verbal. Microsoft ha presentado una solución a este problema que comenzará a implementarse en
2022: Mesh para Microsoft Teams. La función combina las capacidades de realidad mixta de Microsoft Mesh, que permite a las personas en diferentes ubicaciones físicas unirse a experiencias holográficas colaborativas y compartidas, con las herramientas de productividad de Teams, donde las personas pueden unirse a reuniones virtuales, enviar chats, colaborar en documentos compartidos... Presenta una nueva generación de experiencias de reuniones en 2D y 3D con avatares y espacios inmersivos para cerrar la brecha entre el mundo físico y el digital. Los usuarios podrán hacer que las conversaciones sean interactivas y expresarse mediante reacciones en vivo a través de avatares personalizados y únicos que contarán con diferentes atuendos, movimiento de brazos y cabeza y animaciones faciales para aportar una expresividad adicional. Se empleará la inteligencia artificial para escuchar la voz de la persona y animar el avatar. Si se cambia a una reunión en 3D más inmersiva, las animaciones contemplarán otras posibilidades como levantar las manos o emojis animados en torno al avatar.
¿Qué puede ofrecernos el metaverso?
El gemelo digital es el elemento base del metaverso. Con él, podemos hacer varias cosas interesantísimas: tenemos la posibilidad de monitorizar qué está pasando en el modelo/mundo real utilizando el gemelo digital. De este modo es más sencillo acceder a información del elemento físico sin estar allí. Lo segundo que se pone a nuestro alcance es comprender qué ocurrió en el pasado, dado que tenemos datos almacenados, y compararlo con el presente para hacer estimaciones a futuro, esto es, configurar modelos predictivos. El tercer uso de los gemelos digitales es que tenemos la capacidad de hacer simulaciones en el ámbito digital de hipotéticos estados de los elementos físicos. Esto es potentísimo pues nos descubre la cuestión de «qué pasaría si…».