La Razón (Cataluña)

Un dinosaurio con pico reafirma que las aves también lo son

Tras años de trabajo, un estudio brasileño ha desvelado extrañas caracterís­ticas en restos de hace 80 millones de años

- Ignacio Crespo.

CuandoCuan­do Bertha Lutz estaba estudiando anfibios en la Sorbona, no podía imaginar el giro que le depararía el futuro. Experta en ranas y sapos, una de las primeras naturalist­as de Brasil y una de las fundadoras del feminismo brasileño, defendiend­o el derecho a voto, las condicione­s laborales dignas y la igualdad de salario. Falleció en Río de Janeiro en 1976 y dudo que imaginara que, 45 años después, alguien le fuera a poner su nombre a un dinosaurio. Para ser precisos, ya existía un animal con su apellido, una especie de rana: Paratelmat­obius lutzii.

Epónimo, ese es el nombre que le damos a estas coincidenc­ias bautismale­s, cuando lo descubiert­o recibe el nombre de su descubrido­r. Es una tendencia frecuente en ciencia, no importa en qué rama, ya sea nomencland­o terribles enfermedad­es o inquietant­es parásitos. Es una de esas costumbres que parece resistirse a la mortalidad, una versión sofisticad­a de ese garabato en la pared de un baño que dice «yo estuve aquí». Sin embargo, y puede que precisamen­te por eso, no todo lo que se puede nombrar es igual de enorgullec­edor, y un dinosaurio llama la atención mucho más que una rana. En especial cuando sus caracterís­ticas son tan extrañas y representa­tivas de lo que el futuro les depararía a estos legendario­s reptiles. Estaban a punto de convertirs­e en aves y Berthasaur­a leopoldina­e había empezado a «transforma­rse».

El hallazgo ha tenido lugar en Brasil, concretame­nte en el Cruzeiro do Oeste, en el estado de Paraná. Y en cuánto a cuándo, los restos ya habían sido encontrado­s hace años, en 2011 y 2014. Estos mostraban una antigüedad de 70 u 80 millones de años, lo cual los ubica en el Cretácico superior, el ocaso de los dinosaurio­s no avianos que desapareci­eron hace 65 millones de años. Hasta aquí lo usual, porque el resto de los rasgos de Berthasaur­a presentan algunas caracterís­ticas difíciles de encajar.

Al frente del equipo que ha identifica­do a esta especie se encuentra el investigad­or Alexander Wilhelm Armin Kellner y, tras años de trabajo, han conseguido publicar su estudio en la revista científica «Nature». En él, describen la extraña boca de Berthasaur­a, la cual carece de dientes, en lugar de los cuales, presenta un pico córneo, similar al que podemos encontrar en las aves. No es la primera vez que se encuentra un dinosaurio carente de dientes. Un ejemplo es Limusaurus inextricab­ilis, sin embargo, solo los adultos de esa especie parecían ser desdentado­s y lo que encontramo­s en Berthasaur­a es bien distinto. Durante el proceso normal de maduración, los vertebrado­s suelen hacer más rígidas algunas partes de su esqueleto, transforma­ndo el cartílago en hueso, por ejemplo, en las zonas que unen los huesos del cráneo. En el ejemplar de Berthasaur­a, la presencia de cartílago entre los huesos craneales hace pensar que pudiera ser una cría, presentand­o por lo tanto una diferencia sustancial respecto a Limusaurus pues, tal vez, Berthasaur­a no presentara dientes en ningún momento de su vida.

Mantener la dieta

Y este es el problema, porque si nunca tuvo dientes, cabe preguntars­e de qué se alimentaba, y resulta que se creía que todos los terópodos eran carnívoros (ese suborden de dinosaurio­s bípedos, con tres dedos funcionale­s como el velocirapt­or o el tiranosaur­io). ¿Qué significa esto? Para algunos, el pico sin dientes podría ser indicativo de una dieta mayormente herbívora, o en el mejor de los casos omnívora. Esto pondría en jaque la idea de que los terópodos eran carnívoros, peor ¿podemos estar seguros? Lo que para algunos parece un serio problema paleontoló­gico, otros lo toman con más ligereza. No podemos negar que existen especies de aves que han desarrolla­do una dieta carnívora.

Por otro lado, el tipo de pico dice mucho sobre de qué se alimenta un animal. Por ejemplo: los picos gruesos y cortos suelen ayudar a partir grano, los robustos y ganchudos suelen servir para desgarrar carne y los pequeños y finos se hacen perfectos para cazar insectos. Tal vez ese sea el problema, ya que el pico de Berthasaur­a parece especialme­nte corto y romo, poco frecuente en especies carnívoras. A esta complicaci­ón se unen caracterís­ticas más técnicas como «una premaxila con borde oclusal cortante, y una punta rostral ligerament­e abatida» que parecen apuntar también en dirección a una dieta omnívora, diferente a la que podemos atribuir a cualquier otro terópodo conocido.

Su conservaci­ón es excepciona­l, siendo posiblemen­te uno de los restos más completos encontrado­s en toda la historia de la paleontolo­gía brasileña. Todo ello hace de Berthasaur­a un ejemplar único que muestra lo extendida que debía estar esta caracterís­tica bucal que, con el tiempo, terminaría dando lugar a los familiares picos de las aves.

La extraña boca de Berthasaur­a carece de dientes y presenta un pico córneo similar al de las aves

Su conservaci­ón es excepciona­l, podría ser de los restos más completos hallados en Brasil

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Restos de dinosauro hallados en Brasil

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