Un jaleo para seguir vivos
► El Atlético tiene que ganar en Oporto, pero el Milan también entra en la pelea
Los más caliente que había anoche era el Wanda Metropolitano, la afición, centrada en pitar a Theo Hernández desde el primer momento con algún cántico desagradable. Criado en el Atletico, el zurdo se fue al Real Madrid y eso no se lo perdonan a nadie en la casa rojiblanca. En cada balón que tocaba sonaba la música de silbidos, y fueron unos cuantos porque el Atlético no comparecía. Los mensajes de la previa, el «nos la jugamos», «a muerte», «no podemos fallar», la presentación de los futbolistas a ritmo de «Thunderstruck», de AC/DC, a todo trapo, que pone los pelos de punta, no servía para espabilar al equipo. Hasta Pioli se movía más que Simeone en el área técnica. Llegó el descanso sin noticias del Atlético.
Y comenzó la segunda parte de la misma forma. El Cholo pedía calma a su jugadores, cuando normalmente lo que quiere es la revolución. Como si el empate le valiera, y es que valía, más después de las noticias que llegaban de Liverpool, donde Thiago empezaba a poner nombre a la derrota del Oporto. El triunfo «red» hacía que para el Atlético fuera lo mismo sacar un punto que tres. Otra cosa era perder. Una tentación demasiado grande para el Cholo, que hizo un último cambio conservador, Kondogbia por Griezmann, y lo pagó con la derrota.
Con estos resultados, la clasificación para los octavos de final de la Champions se ha convertido en un jaleo, porque el Milan entra en la pelea. El tanto de Messias Junior obliga a los rojiblancos a tener que ir a Portugal a ganar. Ya no le sirve con la igualada. Eso para dejar fuera al Oporto. Si el Milan vence al Liverpool habría que contar goles, y los españoles tienen ahora -3, por -2 los italianos. El Atlético no ha ganado ninguna de las tres jornadas jugadas en casa.
La muchas veces rutinaria fase de grupos de la Champions se ha convertido esta vez en una tortura para los equipos de LaLiga. Sólo el Real Madrid llega al último día con todo hecho. Villarreal, Barcelona, Sevilla y Atlético se la juegan a una sin posibilidad de fallo. Todos dependen de sí mismos, sí, pero todos lo tienen crudo también.