Fundación «la Caixa» destina 67 millones a acción social en la Comunidad de Madrid
Lucha contra la pobreza infantil y por la integración laboral
Las iniciativas comprenden también aspectos de carácter científico, cultural y educativo
La Fundación «la Caixa» lleva tiempo desarrollando proyectos sociales, educativos y culturales en la Comunidad de Madrid y este año, a raíz del impacto que ha tenido la crisis de la covid en el bienestar de la población, la entidad se ha reafirmado en su apuesta por tratar de contribuir a la mejora de la situación de las personas más vulnerables.
En este contexto, el director general de la Fundación «la Caixa», Antonio Vila Bertrán, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, firmaron ayer un acuerdo marco por el que ambas partes se comprometen a colaborar en lo relativo a la acción social y, de esta manera, la entidad consolida así una inversión de 67 millones de euros para el desarrollo de proyectos en materia social, educativa, científica y cultural en la comunidad madrileña durante este 2021.
Las principales iniciativas que se enmarcan en este acuerdo se centran en mejorar las condiciones de vida de la infancia más vulnerable, de las personas mayores y de los pacientes con enfermedades avanzadas.
El compromiso adquirido por la entidad en estas tres áreas se materializa en el desarrollo del programa CaixaProinfancia, que trabaja por frenar la pobreza infantil con una inversión de 9,2 millones el año pasado en la Comunidad de Madrid, de la que se beneficiaron 7,118 niños; el programa Incorpora, que a lo largo de 2020 facilitó 3.511 puestos de trabajo entre los colectivos con dificultades especiales para la integración laboral en la comunidad madrileña; y el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas, que llegó a 5.474 pacientes y 5.991 familiares el año pasado. Por último, el programa de personas mayores, en el marco del cual en 2020 se llevaron a cabo en la Comunidad de Madrid 632 actividades en las que participaron 36.182 personas, tiene como objetivo el fomento de la participación social de este colectivo.
Pero la implicación de la Fundación «la Caixa» en la comunidad madrileña contempla también otras acciones como el fomento de la inserción laboral de las personas privadas de libertad a través del programa Reincorpovas; ra; las CiberCaixa Hospitalarias; las ayudas a proyectos de iniciativas sociales, que en 2020 sumaron un total de 2,4 millones de euros para la promoción de 93 iniciatio iniciatio las Becas de la Fundación «la Caixa». Paralelamente, a través de su red de oficinas de CaixaBank, la entidad impulsa proyectos y actividades sociales, culturales y educativas del entorno más inmediato.
En cuanto a lo que se refiere al ámbito estrictamente cultural, la Fundación «la Caixa» contribuye a la divulgación mediante, por ejemplo, las exposiciones y actividades organizadas en el marco del CaixaForum Madrid.
Investigadores de la Universidad de California en Davis han descubierto que es posible que las personas no reconozcan que su perro está estresado cuando se expone a ruidos domésticos comunes. Si bien está comunmente establecido que los ruidos fuertes repentinos, como los fuegos artificiales o las tormentas eléctricas, desencadenan de forma habitual la ansiedad en un perro, un nuevo estudio encuentra que incluso los ruidos más comunes del hogar, como una aspiradora o un microondas, pueden ser un desencadenante. El estudio fue publicado en «Frontiers in Veterinary Science».
La investigación determinó que los ruidos intermitentes de alta frecuencia, como la advertencia de la batería baja de un detector de humo, son más propensos a causar ansiedad al perro, en lugar del ruido continuo de baja frecuencia.
«Sabemos que hay muchos perros que tienen sensibilidad al ruido, pero subestimamos su miedo a él, que consideramos normal, porque muchos dueños de perros no pueden leer el lenguaje corporal», manifestó la autora principal del estudio, Emma Grigg, investigadora asociada y profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis.
Signos de ansiedad
Algunos de los signos más comunes de ansiedad de los canes incluyen encogerse, temblar o retroceder, retroceder, pero los dueños pueden ser menos capaces de identificar los signos de miedo o ansiedad cuando los comportamientos son más sutiles.
Por ejemplo, los perros estresados pueden jadear, lamerse los labios, girar la cabeza o incluso endurecer su cuerpo. A veces, sus orejas se volverán hacia atrás y su cabeza bajará por debajo de sus hombros. Grigg sugiere que los propietarios se eduquen mejor sobre el comportamiento relacionado con la ansiedad.
Los investigadores realizaron una encuesta a 386 dueños de perros sobre las respuestas de sus mascotas a los sonidos domésticos y examinaron los comportamientos grabados de los animales y las reacciones humanas de 62 vídeos disponibles en línea.
El estudio encontró que los dueños no solo subestimaron el miedo de sus perros, sino que la mayoría de las personas en las imágenes respondieron con diversión en lugar de preocuparse por el bienestar de su perro. «Existe un desajuste entre las percepciones de los propietarios sobre el miedo y la cantidad de comportamiento atemorizante que en realidad está presente. Algunos reaccionan más divertidos que preocupados», declaró Grigg. «Esperamos que este estudio haga que las personas piensen en las fuentes de sonido que podrían estar causando el estrés de su perro, para que puedan tomar medidas para minimizar la exposición de su perro».
Sonidos dolorosos
La investigadora sostiene que, debido a que los perros tienen un rango de audición más amplio, algunos ruidos también podrían ser potencialmente dolorosos para sus oídos, como los sonidos muy fuertes o de alta frecuencia. Grigg añadió que minimizar la exposición puede ser tan sencillo como cambiar las baterías con más frecuencia en los detectores de humo o sacar a un perro de una habitación donde pueden ocurrir ruidos fuertes.
«Los perros usan el lenguaje corporal mucho más que la vocalización y debemos ser conscientes de eso en todo momento de nuestra relación con ellos», señaló. «Los alimentamos, los alojamos, los amamos y tenemos la obligación de cuidarlos de responder mejor a su ansiedad».
Entre otros autores del estudio se encuenran Lynette Hart, Emily Parker y Anwyn Gatesy-Davis, del Departamento de Salud y Reproducción de la Población de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis; Juliann Chou, de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales; y Sara Clarkson, del Departamento de Ciencia Animal. El Centro de Salud Animal de Compañía de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis brindó apoyo a la investigación.
Los dueños saben si sus perros son sensibles al ruido, pero pueden no valorar su miedo a él
Algunos signos de ansiedad en las mascotas son encogerse, temblar o retroceder