El huésped educado
► El Sevilla es bienvenido en el Bernabéu, donde acumula trece derrotas y un empate desde que ganó por última vez, en 2008
Muchos clubes emulan al Liverpool con diversas versiones del letrero colocado en la bocana de los vestuarios para impresionar al visitante: «This is Anfield». Cuando el Sevilla llega al Santiago Bernabéu, bien podrían hacerle leer lo que Dante Alighieri imaginó que pone en la puerta del infierno, «abandonar toda esperanza», porque hay sevillistas estudiando el bachillerato sin recuerdos de una victoria de su equipo en el campo del Real Madrid. La última fue hace trece años, un emocionante 3-4 que dio con los huesos de Bernd Schuster en el paro, y en casi tres lustros acumula trece derrotas y un empate, el arrancado la temporada pasada en Valdebebas.
Los optimistas, con guasa, certifican que ya queda un día menos para que el Sevilla gane en el Bernabéu y replican los cenizos, como los galos de Astérix si evocan la posibilidad de que el cielo caiga sobre sus cabezas, que «eso no tiene por qué suceder mañana». Ni siquiera en esta década. A Julen Lopetegui, claro, le encantaría que fuese hoy mismo. Él arrastra la racha negra de sus antecesores pero en sus dos temporadas en el Sevilla, su equipo no ha sido el cordero dócil que sale a la guarida del ogro derrotado de antemano.
La temporada pasada, interrumpió la serie de derrotas con un empate a cuatro jornadas del final que terminó costándole el título al Real Madrid.
En la campaña anterior, planteó perfectamente el encuentro pese a cosechar una derrota (2-1) polémica por un gol increíblemente anulado a Luuk De Jong. El árbitro de VAR escudriñó las imágenes de la jugada durante tres cuartos de hora, hasta dar con una golondrina que aleteó cerca de un defensor local que se aprestaba a despejar y aplicó con todo rigor el reglamento... que se le aplica al chico en la casa del grande.
Para este decimoquinto intento por reeditar la victoria que logró Manolo Jiménez en la temporada 2008/09, Lopetegui cuenta con las bajas de larga duración de Jesús Navas y En-Nesyri, su alma y su goleador, así como varias dudas, entre ellas la de Diego Carlos. El fornido central fue suplido en los últimos minutos del partido de Champions del martes y ha viajado sin estar seguro de poder mantener su plaza junto a Koundé, a quien acompañará Rekik si el brasileño no es de la partida. Otra gente principal como Suso, Lamela y Rafa Mir –jugó de inicio Munir contra el Wolfsburgo– tampoco están en plenitud de condiciones, lo que puede propiciar la titularidad de Óliver Torres. El técnico de Asteasu, en su breve etapa en el Real Madrid, hizo debutar fugazmente a Vinicius, uno de los hombres en forma de la Liga, al que reclamó desde el Castilla para sacarlo unos minutillos contra el Atlético y otro ratito en Vitoria –suplió respectivamente a Benzema y a Bale sin que su equipo ganase ninguno de los dos partidos– en las semanas previas a su destitución. Siempre se le pregunta por él cuando le toca enfrentarse con su ex pupilo y ayer fue taxativo: «Es evidente que está en un momento muy bueno, será de los mejores del mundo en su posición», contestó. Pero tampoco conviene dar demasiada importancia a estas palabras: en las vísperas, el vasco siempre halaga con parecidas frases al adversario de turno.
Real Madrid (4-3-3)
Courtois; Carvajal, Militao, Nacho, Mendy; Casemiro, Modric, Kroos; Asensio, Vinicius y Benzema.
Sevilla FC (4-3-3)
Bono; Montiel, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Fernando, Joan Jordán, Rakitic; Ocampos, Óliver y Rafa Mir.
Árbitro: Sánchez Martínez (Murciano). Estadio: Santiago Bernabéu. Hora: 21:00, Movistar LaLiga.