Para mejorar nuestra Sanidad
ElEl Consejo de Ministros analizó el pasado 8 de noviembre el anteproyecto de ley para «consolidar la equidad, la universalidad y la cohesión del Sistema Nacional de Salud» (SNS). Tras estudiar con detenimiento su contenido en términos de colaboración público-privada, de garantía asistencial, de universalidad, de cartera de servicios, de trasplante de órganos, de participación de los pacientes en el Consejo Interterritorial… me pregunto:
¿Es este anteproyecto de ley el que de verdad se necesita para solventar las carencias del SNS, especialmente las evidenciadas por la Covid-19?
¿Es la propuesta más pertinente para «no dejar a nadie atrás» y «consolidar equidad, universalidad y cohesión », como afirma la ministra de Sanidad?
Más allá de las mejoras que el proceso de audiencia pública pueda generar hasta el 7 de diciembre, este anteproyecto no convence ni a Podemos –que, en el «enésimo» desencuentro entre socios de Gobierno, ya lo ha rechazado públicamente– y se perfila como un nuevo fiasco del Ejecutivo tras su mala praxis frente a la pandemia, tras no priorizar la Sanidad en los Presupuestos Generales del Estado y en el reparto de los fondos europeos…
Por mi parte, y como aportación constructiva para mejorar el anteproyecto, propongo: incorporar la calidad como cuarto principio vertebrador del SNS; posibilitar la cohesión con un fondo presupuestario suficiente; primaren la gestión el coste eficacia y los resultados en salud; crear la Agencia Estatal de Salud Pública; poner en marcha una Agencia de Evaluación independiente; segurar lasos tenibili dad del SNS incrementando su financiación hasta el 8% del PIB, y estudiar –cuanto menos… – los modelos de copago existentes en Europa.