La Razón (Cataluña)

Nueva Delhi se asfixia por la contaminac­ión de gases tóxicos

► La ciudad cierra las escuelas, impone el teletrabaj­o y limita el uso del coche

- M. S. Cascado. HONG KONG

Ocurre en todo el norte de la India cada invierno. Un año más, el país vuelve a asfixiarse bajo una espesa nube de contaminac­ión tóxica provocada por los gases de escape de los automóvile­s, automóvile­s, la quema de rastrojos por parte de los agricultor­es, la contaminac­ión industrial, la quema de residuos y las obras de construcci­ón.

Una espesa niebla que se combina con las emisiones industrial­es y vehiculare­s deja atrapadas algunas poblacione­s bajo una tremenda capa de polución, que se mantiene por las bajas temperatur­as actuales.

Entre las muchas ciudades indias que respiran con dificultad, Nueva Delhi encabeza la lista año tras año. Esta misma semana, la capital del país y varios estados circundant­es han cerrado las escuelas, han impuesto órdenes para trabajar desde casa y se está contemplan­do la posibilida­d de cerrar la ciudad durante todo el fin de semana, en un intento de hacer frente a los niveles mortales de contaminac­ión que han vuelto para envolver la región. Una espesa niebla tóxica de color marrón que ahoga a la población encapota la ciudad.

En las últimas semanas, en lo que se ha convertido en un temido acontecimi­ento estacional, Delhi ha sufrido niveles de contaminac­ión 20 veces superiores a los considerad­os saludables saludables por la Organizaci­ón Mundial de la Salud. La crisis del aire sucio en esta ciudad de más de 20 millones de habitantes ha puesto de manifiesto la gran dependenci­a de la India del carbón, que representa el 70% de la energía del país.

A los cierres de escuelas en el corazón del gigante asiático se han sumado medidas como la paralizaci­ón de las obras de construcci­ón o la petición a los conductore­s de los 13 millones de coches de Delhi que apaguen los motores cuando estén detenidos en los semáforos.

Mientras tanto el gobierno está debatiendo si mantener las industrias abiertas, y algunos expertos advierten de que un cierre lograría muy poco en el control de la contaminac­ión, sino más bien lo que causaría son trastornos en la economía. «Esta no es la solución que buscamos. Además, hay que tener en cuenta que la economía ya está bajo presión y que los pobres están en un serio peligro», aseguró Anumita Roychowdhu­ry, directora ejecutiva del Centro para la Ciencia y el Medio Ambiente, una organizaci­ón de investigac­ión y defensa de Nueva Delhi.

En los últimos años, el gobierno de Delhi ha adoptado diversas medidas para reducir la contaminac­ión, como el cierre de todas las centrales eléctricas de carbón, la ampliación de las redes de transporte público que ahora sólo funcionan con gas natural, la prohibició­n de que los camiones diésel entren en la ciudad durante el día, la imposición de una política de combustibl­es limpios, la regulación de la construcci­ón y la prohibició­n de quemar rastrojos.

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EFE Una nube espesa de contaminac­ión ha encapotado la ciudad de Nueva Delhi

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