La Razón (Cataluña)

Sturgeon presiona a un Johnson débil con un referéndum

► Otra consulta para 2023 La líder del SNP promete en el congreso de su partido iniciar los trámites para una segunda votación de independen­cia en Escocia

- Celia Maza.

NicolaNico­la Sturgeon es toda una supervivie­nte política. Es la primera mujer en ocupar el cargo de ministra principal escocesa. El pasado mes de mayo, se quedó a tan solo un escaño de la ansiada mayoría absoluta, todo un triunfo al conseguir el cuarto mandato consecutiv­o para el SNP en Holyrood. Y ante la pandemia, el reto más importante para los mandatario­s a ambos lados del Atlántico desde la Segunda Guerra Mundial, ha mantenido más que a flote su popularida­d.

En definitiva, su extenso currículum en las más de dos décadas que lleva dedicada a la política es de lo más exitoso. Sin embargo, hay un gran pero. Sturgeon es líder de los independen­tistas escoceses y como tal, su legado será juzgado en base si consigue o no la secesión para la nación. Y francament­e, hoy por hoy, su objetivo está complicado. Aunque ella no desiste.En desiste.En la clausura del congreso anual de otoño del SNP, Sturgeon prometió ante sus compañeros de partido «comenzar el proceso necesario el próximo año para celebrar un nuevo referéndum antes del final de 2023». «Esta es la promesa por la que fuimos elegidos», afirmó en un discurso telemático. «Quiero ofrecer a Escocia la opción de un futuro mejor a través de la independen­cia», matizó.

Aunque el triunfo en los comicios al parlamento de Edimburgo el pasado mes de mayo fue histórico, los separatist­as no lograron la mayoría absoluta que obtuvieron en 2011, lo que llevó a la celebració­n del plebiscito consensuad­o con Londres en 2014, donde ganó la unión al Reino Unido con el 55,3% de los votos. Entonces los separatist­as aceptaron que la consulta era «única en una generación». Pero con el Brexit consideran que las reglas de juego han cambiado. No en vano, en Escocia el apoyo a la permanenci­a permanenci­a en la UE ganó por el 62% de los votos. Sin embargo, el problema con el que se topan ahora los nacionalis­tas es doble. Por un lado, está la negativa del Gobierno central a sacar de nuevo las urnas. Por otro, una pandemia que ocupa ahora toda la agenda política. Más aún teniendo en cuenta que de los 9 casos registrado­s en Reino Unido al cierre de esta edición de la nueva variante ómicron, seis de ellos están en Escocia.

Y antes que los planes soberanist­as, Sturgeon se ha comprometi­do a gestionar la crisis sanitaria. En este sentido, durante su intervenci­ón, aclaró que el próximo año, si la covid lo permite, comenzará una campaña «para persuadir a la mayoría de Escocia» de que el «futuro es más seguro como una nación independie­nte». «Durante el próximo año, iniciaré el proceso necesario para posibilita­r la celebració­n de un referéndum antes del final de 2023», afirmó la ministra principal ante la conferenci­a. Una promesa que ha repetido hasta la saciedad ante sus filas, donde

el núcleo duro querría sacar más rédito al Brexit y la baja popularida­d que Johnson tiene entre los escoceses en general.

Durante su intervenci­ón, Sturgeon consideró que la llamada ley de Mercado Interno, aprobada por el Gobierno británico para regular las relaciones económicas entre las diferentes naciones que forman Reino Unido tras el B re xit, está« erosionand­o de forma activa el poder de nuestro Parlamento elegido democrátic­amente». Este nuevo marco legislativ­o recentrali­za, a juicio de los nacionalis­tas, competenci­as que el Gobierno escocés considera suyas, a raíz de la salida de la Unión Europea. «Esto cristaliza la opción ala que Escocia se enfrenta », a firmó Sturgeon. El Partido Nacional Escocés aprobó a principios de año su hoja de ruta para la independen­cia, en la que opta primero por «el acuerdo» con el Gobierno británico, aunque, en caso contrario, el Ejecutivo escocés no des carta llevar la cuestión ante la Justicia.

La formación nacionalis­ta introducir­ía una proposició­n de ley en la Cámara regional durante esta legislatur­a, según dijo su portavoz en el Parlamento británico, Ian Blackford, aunque sin precisar cuándo piensan hacerlo. Para la celebració­n de una consulta sobre el futuro de la Unión es necesario primero el beneplácit­o del Parlamento de Westminste­r, a priori fuera de las competenci­as de la Cámara escocesa de Holyrood.

Los últimos sondeos muestran, sin embargo, un rechazo a la celebració­n del referéndum en 2023, con un 60% de los escoceses encontrad el a consulta en esa fecha, aunque, por el contrario, un 46% está a favor de que ésta tuviera lugar durante la presente legislatur­a, que termina en 2026, según la firma YouGov. A día de hoy, y según esas mismas encuestas, el «no» a la independen­cia ganaría con un 53 % de apoyos, frente al 47% que optaría por el «sí», porcentaje­s similares a los obtenidos en el primer referéndum de 2014.

El anuncio de Sturgeon se produce con un «premier» en horas bajas. Los líderes del influyente comité que agrupa a los diputados sin cartera se reunieron la semana pasada con Johnson para mostrarle sus malestar. El presidente del denominado Comité 1922, Graham Brady, no quiso hacer comentario­s. Pero, según los medios, varios parlamenta­rios han enviado cartas en las que expresan no tener confianza en el «premier», si bien no alcanzaría­n las 54 necesarias para iniciar un proceso interno que decida si debe continuar o no como líder de la formación en el poder. Es un aviso.

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REUTERS La ministra principal de Escocia clausuró ayer por videoconfe­rencia el congreso anual de su partido, el independen­tista SNP
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