Rusia prueba con éxito «Zircon», su misil hipersónico de crucero
► En plena carrera mundial por este avanzado armamento, Putin alardea de haberlo desarrollado ya
Los relatos de misiles hipersónicos han pasado de los libros de ciencia ficción a los periódicos tras el desarrollo en este campo llevado a cabo en los últimos años por Rusia. En octubre, la Armada rusa experimentó con éxito por primera vez el lanzamiento de un misil de crucero hipersónico disparado desde el submarino nuclear «Severodvinksk» contra un objetivo naval en el mar de Barents. El nuevo aliado de Rusia se presentaba al mundo con el nombre de «Zircon», un nombre que pocas dudas dejaba sobre su dureza y resistencia. El visto bueno fue dado por el mismo presidente, Vladimir Putin, quien afirmó que este nuevo misil formaba parte de una nueva generación de un sistema armamentístico «incomparable» con nada de lo visto hasta el momento, lo que lo convierte en invencible.
Convencido de la nueva carrera armamentística mundial en la que EE UU, China, Rusia y Corea del Norte están involucrados, el líder ruso manifestó en la televisión pública que «ahora, es especialmente importante desarrollar e implementar las tecnologías necesarias para crear nuevos sistemas de armas hipersónicas, láseres de alta potencia y sistemas robóticos que puedan contrarrestar eficazmente las potenciales amenazas militares, lo que significa que fortalecerán aún más la seguridad de nuestro país».
El plan ruso para la modernización de sus arsenales se ha convertido en la prioridad máxima, visto el clima internacional surgido después de las tensiones con Occidente tras la anexión de la península de Crimea en 2014 y el conflicto en la región de Donbás. Ayer mismo, el Kremlin volvió a informar de un nuevo lanzamiento de prueba del «Zircon», esta vez disparado desde el buque de guerra «Almirante Gorshkov». El misil alcanzó sin errores un objetivo naval a más de 400 kilómetros de distancia, en el mar Blanco, y prueba de ello fue el vídeo difundido en internet por el Ministerio de Defensa ruso.
Según expertos en investigación militar, este nuevo misil ruso de largo alcance sería muy difícil de detectar e interceptar y tendría una velocidad que le permitiría recorrer los 4.000 kilómetros que separan a Washington de San Francisco en poco más de media hora, viajando a más de cinco veces la velocidad del sonido en la atmósfera superior. Los mismos analistas prevén que este nuevo secreto militar ruso pueda entrar en servicio en 2022.
El «Zirkon» es heredero de los misiles hipersónicos «Onyx», desarrollados durante la Unión Soviética y mejorados más tarde en Rusia, con un alcance de vuelo que podría estar entre los 1.000 y 1.500 kilómetros. Se puede decir que el nuevo misil balístico ha absorbido lo mejor de sus antecesores, pudiendo acercarse al objetivo de maniobrar y alcanzarlo según el destino, lo que quiere decir que primero destruiría a objetivos grandes y después a los pequeños. Su efectividad a la hora de dar en el blanco es infalible.
Según el análisis del experto ruso en materia militar, Alexei Leonkov, consultado por el portal ruso Narodnie Novosti, «la ojiva del cohete permite desactivar todas las estructuras internas de los barcos y convertirlas en inservibles para operaciones posteriores. En el caso de que el número requerido de misiles golpee el barco con el propósito de su destrucción total, el resultado se logra no solo debido al hecho de que hay una determinada ojiva en el misil, sino también al hecho de que hay una gran velocidad». El experto también ha señalado que la aparición del «Zircon» ya le ha causado una gran preocupación a la Armada de EE UU.
«La Marina de EE UU no tiene armas para detener al Zircon. En todo este tiempo y durante 25 años, han estado tratando de crear un sistema antimisiles contra el «Onyx» que se centraría en un solo misil, pero en realidad serían necesarios dos o tres misiles para destruir el «Onyx». Washington no tiene un antídoto contra el «Zircon», concluyó Leonkov. El Pentágono ya afirmó en octubre que los misiles súper rápidos que desarrollan en la actualidad suponían un coste de decenas de millones de dólares por unidad.
Es muy difícil de detectar y puede llegar de Washington a San Francisco en media hora