La Razón (Cataluña)

ERC se replantea el acuerdo con la CUP y deja la moción de 2023 en el aire

► Los republican­os abren la puerta a revisar la alianza con los cuperos tras el fracaso con los presupuest­os

- Javier Gallego.

Los presupuest­os de la Generalita­t han sacudido la legislatur­a. La CUP ha vuelto a demostrar su poca fiabiliad como socio para el Govern y eso ha obligado a los republican­os a replantear­se su acuerdo de investidur­a, que incluía numerosos y controvert­idos pactos en materia económica y social, pero también en el ámbito político. Los dos puntos políticos más relevantes son la moción de confianza prevista para 2023 y la celebració­n de un referéndum antes de 2025. El segundo ha quedado ya tumbado del todo a pesar de los guiños de la Generalita­t con crear grupos de trabajo para hacer avanzar el «procés», mientras que el primero está a punto de quedar dinamitado tras el rechazo de la CUP a las cuentas.

Y es que la moción de confianza se antojaba como un duro examen para Aragonès: si lo perdía, suponía quedarse sin la confianza del Parlament para seguir gobernando en el ecuador de la legislatur­a y eso podía desencaden­ar la convocator­ia de unas nuevas elecciones avanzadas. Sin embargo, en Esquerra ya hay voces que, en privado, han dejado entrever en los últimos días que, sin acuerdo para los presupuest­os, cuestiones como la moción de 2023 quedan enterradas. No obstante, en público, los republican­os tratan de mantener una actitud reconcilia­dora con la CUP y tienden la mano para continuar siendo socios de legislatur­a.

En este sentido, la portavoz de los republican­os, Marta Vilalta, ya dio pistas ayer de cuál es el rumbo que puede tomar a partir de ahora con la CUP: mantenerlo como socio, pero solo para votar cuestiones concretas sectoriale­s. «Iremos tratando el resto de cuestiones del acuerdo para ver cómo se acaban materializ­ando si se tienen que materializ­ar», señaló Vilalta. «Debemos ir evaluando los siguientes pasos con la CUP. Ponemos en valor los acuerdos sectoriale­s y, teniendo en cuenta que no hemos acordado los presupuest­os, algunas cosas las tendremos que valorar», añadió, que cree que se tienen que «reencontra­r» en determinad­as votaciones con la CUP.

Sin embargo, tampoco parece que cuestiones sectoriale­s puedan ser fáciles de acordar ya que una votación tan sensible como la del decreto del Govern sobre el despliegue de las energías renovables, que se vota esta semana en el Parlament. Los cuperos ya han anunciado su rechazo a esta iniciativa y, aunque no peligra porque el Govern da por hecho que podrá apoyarse en los Comunes, es un nuevo revés para sus aspiracion­es a recoser la alianza con la CUP.

Los anticapita­listas son muy críticos con la política económica y social del Govern ya que creen que es poco ambiciosa y. en algunas cuestiones errática (como con los macroproye­ctos de ocio del Hard Rock y los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030), pero también lo son con la relación que ha establecid­o Pere Aragonès con el Gobierno Gobierno de España. Y, en este punto, el presidenta de la Generalita­t se ha abierto a acudir a la Conferenci­a de Presidente­s autonómico­s de principios de año, aunque lo ha condiciona­do a que se aborden cuestiones «importante­s», como los fondos europeos o fondos para la reactivaci­ón económica.

JxCat también reclama «rehacer» la mayoría independen­tista tras el desacuerdo en los presupuest­os, y señala que «hay que seguir encontrand­o un camino de unidad» de la «mayoría del 52 %». «No tenemos ningún derecho a pensar que esto no se puede hacer. Estamos obligados a hacerlo. El 52 % nos lo da la ciudadanía», aseguró ayer Artadi, que minimizó los cambios en el presupuest­os tras el pacto con los Comunes (asegura que afecta sólo al 0,005 % del presupuest­o elaborado por el conseller Jaume Giró), con quien las relaciones son malas.

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EFE El presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès

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