La Razón (Cataluña)

Joséphine Baker en el Panteón de Francia: su último baile político

Carlos Herranz

-

MujerMujer negra, de origen humilde, cabaretist­a y extranjera. Josephine Baker tuvo que lidiar en su vida con múltiples prejuicios. Sobre el papel, lo tenía todo en contra. Aquella Francia que eligió como nación, a la que sirvió y por la que luchó, ahora le rinde homenaje 46 años de su muerte. Hoy martes Baker entra en el Panteón en París, ese mítico lugar reservado a los restos de «los grandes hombres» de Francia. Será la sexta mujer en romper la machista inercia histórica y la primera que, además, era negra y artista del espectácul­o. No es poca cosa. Baker vivió ajena a convencion­es y aplicó a su propia vida la libertad que siempre preconizó, y por la que luchó, tanto como miembro de la resistenci­a francesa combatiend­o contra los fascismos en Europa como más tarde en su país de origen, donde participó, vestida con su uniforme militar francés, junto a Martin Luther King en la famosa marcha por los derechos civiles de 1963 en Washington.

«Francia me ha convertido en lo que soy y le estaré eternament­e agradecida», aseguraba regularmen­te la artista de music-hall, que también plasmó sus valores al adoptar a doce niños de diferentes partes del mundo y formar su «tribu arcoíris» en el castillo de Milandes, en la Dordoña francesa. La «Venus de Ébano» nació en 1906 en Saint Louis (Estados Unidos) y, pese a haber crecido en la pobreza y la segregació­n y haberse casado ya dos veces a los 15 años, logró tomar las riendas de una vida única. Baker saltó al estrellato en Francia por sus números de revista durante los «Años Locos» jugando con los fantasmas coloniales y aprovechó esta fama para trabajar como agente de contraespi­onaje para el general Charles De Gaulle durante la ocupación nazi. La ceremonia de hoy en el templo laico ubicado en el corazón del barrio latino de París repasará múltiples aspectos de su increíble vida, toda ella «situada bajo el signo de la búsqueda de libertad y de justicia», según la presidenci­a francesa.

Pero la ceremonia de entrada en el Panteón de Baker encierra una lectura política. La decisión última de su entrada depende siempre del presidente, en este caso de Emmanuel Macron. Aunque desde el Elíseo se niega intenciona­lidad política alguna, lo cierto es que el mensaje que se intenta transmitir responde a una coyuntura en la que la cuestión migratoria ha adquirido una relevancia especial. A menos de cinco meses de las elecciones presidenci­ales en Francia, con múltiples crisis migratoria­s en distintos puntos de Europa encadenado­s y el auge de discursos de mano dura contra la migración, la panteoniza­ción de Baker, que por otra parte nadie se ha atrevido a criticar en voz alta, viene a recordarle­s a muchos que no hay una sola forma de ser francés y que Francia se ha enriquecid­o gracias a su diversidad. El gran relato de los honores en Francia no puede quedar relegado a un conjunto de hombres blancos y en la figura de Baker confluyen los requisitos del simbolismo de una Francia abierta al mundo.

 ?? AP ?? Joséphine llegó a convertirs­e en la cara predilecta de aquellos cubistas admiradore­s del Jazz y la música negra
AP Joséphine llegó a convertirs­e en la cara predilecta de aquellos cubistas admiradore­s del Jazz y la música negra

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain