España defiende mucho
► La selección cierra la primera ventana de clasificación para el Mundial con una victoria rotunda ante Georgia
Dos partidos y dos victorias para arrancar el camino hacia el Mundial de 2023. España barrió (89-61) a Georgia en Jaén desde la seriedad en defensa y la alegría en ataque. Son dos de las virtudes que definen a un grupo que ha encontrado una química muy alta en apenas una semana de trabajo. Ante Macedonia del Norte fueron 29 de ventaka; frente a Georgia, 28. La victoria se basó en un sobresaliente trabajo atrás y en una actuación otra vez coral en el otro lado de la pista. Ocho jugadores acabaron anotando entre 6 y 14 puntos con mucha producción de los hombres procedentes del banquillo.
Tornike Shengelia es el alma de Georgia. Dentro y fuera de la pista. El ala-pívot del CSKA y ex del Baskonia apareció en el Olivo Arena con pantalón largo, una sudadera gris, gafas y una cinta en el pelo. Acabó tocado el partido ante Ucrania y fue baja ante España. Los georgianos, con todos sus efectivos, tienen un juego interior en su quinteto digno de ser titular en la Euroliga. Burjanadze es un buen sustituto, pero su presencia acaba con uno de los pocos jugadores capaces de aportar desde el banquillo de la antigua república soviética. La baja de Shengelia alimentó aún más la sobresaliente actitud con la que compareció España en Jaén. En esta Ventana FIBA el partido marcado en rojo era el de ayer y la selección lo resolvió con autoridad.
Las amenazas de los georgianos son todas« ma de in ACB ». Por en. El escolta nacido en Flint –Michigan–, una de las cunas del baloncesto estadounidense, anotó 27 puntos y repartió 9 asistencias ante Ucrania. La defensa española lo desactivó. Él, Burjanadze y Shermadini eran los tres hombres a vigilar. La pizarra de Scariolo los tuvo controlados, pero lo decisivo es que del resto del equipo nada se supo. Entre los tres sumaron 29 puntos al descanso; los demás, 2.
España se aplicó en desgastar a Shermadini desde el principio. Se emparejó con él su pareja en el Lenovo Tenerife, Fran Guerra. Y la selección se puso a correr en busca de canastas fáciles y en que un pívot de juego y aspecto de otra era sufriera jugando a una velocidad que no va con él. Jaime Fernández se activó pronto. También lo hizo Yankuba Sima y cada jugador que entraba en pista alimentaba la política de rotaciones de Scariolo. Un parcial de 13-2 en el arranque del segundo cuarto hizo bueno el esfuerzo del primer parcial. Elias Zouros trató de frenar lo que se le venía encima: tiempos muertos, protestas que acabaron en una técnica... Nada le dio resultado. España fluía y las diferencias se fueron pronto más allá de la veintena de puntos (43-22). Shengelia ejerció de seleccionador en el descanso con una charla en un corrillo para espabilar a sus compañeros.
La búsqueda de Shermadini se convirtió en el único argumento. Funcionó un rato y a medias. Georgia se acercó (47-35), pero entre Fran Guerra y las ayudas pronto se restauró el orden. Fernández siguió anotando, el banquillo produciendo y las ventajas volvieron a rondar los veinte puntos mientras el gigante georgiano seguía a lo suyo. Acabó con 21 puntos y 9 rebotes. Dio igual. El resto de Georgia se quedó en 40. España se despide de la primera ventana FIBA con la clasificación encarrilada para la segunda fase de clasificación para el Mundial 2023. Los siguientes capítulos serán en febrero con una doble sesión ante Ucrania.