Ómicron triplica la capacidad reinfectiva de la variante Delta
► Aún así, muestra de momento un patrón más «suave», con mayoría de casos leves y asintomáticos
Cada infectado por la nueva variante podría infectar a 8 personas, frente a las 6,5 de Delta
El Ministerio de Sanidad surafricano declaró formalmente el pasado sábado el inicio de la cuarta ola de la pandemia en el país en medio de un incremento de los casos debido a la incidencia de la variante Ómicron. El «número dos» del Ministerio de Sanidad, Sibongiseni Dhlomo, afirmó que el país se encuentra oficialmente en la cuarta ola y que los ingresos hospitalarios muestran que solo el 2% por ciento de los casos corresponden a pacientes vacunados. «Un enorme 98% es de no vacunados», señaló.
Mientras tanto, los científicos siguen trabajando para conocer más en profundidad las características de la variante que ha vuelto a atemorizar al mundo. Los análisis preliminares sugieren que, aunque parece mostrar un patrón de infección algo más «suave»,–definido porque la mayoría de los casos son leves o asintomáticos– su capacidad para reinfectar a personas que ya han pasado la covid triplica la de Delta. En contraste, no hay evidencia epidemiológica en toda la población de escape inmune asociado con las variantes Beta o Delta. Este hallazgo tiene implicaciones importantes para la planificación de la salud pública, particularmente en países como Suráfrica, que presentan altas tasas de inmunidad contra infecciones previas.
Un equipo internacional de científicos, coordinado por el Instituto Nacional para las Enfermedades Infecciosas de Suráfrica, calculó el pasado viernes que Ómicron se expande al doble de velocidad que Delta. La explicación podría ser una mayor transmisibilidad, por una mejor penetración en las células humanas, o una mayor mayor capacidad para sortear a los anticuerpos y reinfectar. O ambas a la vez. Y es que Ómicron es un «monstruo» para los investigadores, un Frankenstein en la historia de los linajes del SARS-COV-2 que se conocen hasta ahora. Presenta más de medio centenar de mutaciones, 36 de ellas concentradas en su espícula, la proteína que utiliza como llave maestra para penetrar en las células humanas. De este modo, se puede decir que reúne «lo peor de cada casa»: multitud de mutaciones que le confieren ventajas ya vistas por separado en las cuatro peores variantes anteriores, las identificadas en India, Brasil, Reino Unido y Suráfrica en 2020.
Los auténticos efectos de la combinación de las 36 mutaciones en su espícula no se conocen aún con certeza, pero todo apunta a que podría cambiar por completo el comportamiento del virus. Los datos epidemiológicos que han compartido los investigadores en la provincia Gauteng, la más afectada, dan pistas sobre la tasa de crecimiento. Hay varios análisis que indican que parece propagarse rápidamente, aumentando el RT (número reproductivo) del virus –que establece a cuántas personas puede infectar a la vez una sola– de 0.8 a más de 2. La evidencia preliminar en Suráfrica sugiere que esto podría ser impulsado por un mayor riesgo de reinfección.
Algunos investigadores son menos optimistas en cuanto a los números, como el biólogo Tom Wenseleers, de la Universidad de Lovaina (Bélgica), que calcula que cada infectado por Ómicron contagiaría a más de ocho personas en promedio en una población no inmunizada, frente a las 2,5 del virus original de Wuhan y a las 6,5 de Delta, la variante más transmisible hasta ahora. Especialmente preocupante resulta también que la nueva variante esté aumentando no solo en la provincia de Gauteng sino también en otras partes de Suráfrica, lo que podría ser una prueba de que el rápido aumento no está mediado por el comportamiento humano.
Durante cuánto tiempo ha estado circulando Ómicron es una pregunta importante que no se ha podido resolver todavía. La mayoría de las estimaciones la ubican a mediados del mes de octubre, y la identificación de casos sin vínculos de viaje a Suráfrica indica evidencia temprana de transmisión comunitaria.