Las recusaciones de Puigdemont: primer reto de consenso para el TC
► El pleno de la institución se reúne hoy por primera vez desde la renovación de cuatro magistrados pactada por PSOE y PP
El Tribunal Constitucional (TC) celebra hoy su primer pleno tras la renovación pactada por PSOE y PP que supuso la llegada a la institución de cuatro nuevos magistrados. Será, además, el primero con Pedro González-Trevijano como presidente, que se ha marcado como objetivo priorizar el consenso en la toma de decisiones por encima de la división en bloques de sensibilidad progresista o conservadora.
Como suele ser tradicional tras la llegada de nuevos magistrados –en este caso los conservador es Enrique Arnaldo, muy contestado desde la izquierda, y Concepción Espejel, y los progresistas Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán–, se impone una cierta moratoria antes de abordarlosasuntos de mayor ca lado que tiene pendiente el tribunal de garantías, para dar tiempo a los recién llegados a estudiar los asuntos que están sobre la mesa. Será por tanto, admiten fuentes de la institución, un pleno «de perfil bajo», algo que previsiblemente sucederá también con el que se celebre tras el parón navideño a finales de enero.
Pese a ello, la apuesta por el consenso del nuevo presidente se topará ya con la primera piedra de toque tras la decisión de González-Trevijano de abocar al pleno los incidentes de recusación planteados por Carles Puigdemont y otros condenados del «procés» contra los magistrados conservadores Espejel y Arnaldo, a quienes pretenden apartar de la resolución de los recursos vinculados con el «procés» al cuestionar su imparcialidad.
La iniciativa de la defensa de Puigdemont –que secundan también Oriol Junqueras y otros ex consellers que han recurrido en amparo ante el TC– obligará en ese caso al Pleno a pronunciarse, en primer lugar, sobre un posible rechazo de plano (sin entrar a valorar siquiera el fondo) de los incidentes de recusación. Algo que no parece probable, aunque solo sea para evitar un futuro tirón de orejas del Tribunal de Derechos Humanos de la UE.
En caso de tramitar el incidente de recusación, habría que designar un instructor que abra un periodo de alegaciones antes de que el TC se pronuncie. Pero, además, la defensa del líder independentista ha pedido que González-Trevijano se abstenga de decidir sobre la recusación de Arnaldo por su «relación de amistad» con el magistrado.
Pero, sobre todo, el pronunciamiento del Pleno se enfrenta a otro posible contratiempo que puede dejar al tribunal de garantías maniatadoala horade pronunciar se sobre los recursos del «procés». Ausente por baja médica desde agosto (y sin visos de una próxima reincorporación) uno de los doce magistrados, Alfredo Montoya, y habiéndose apartado del conocimiento de esos recursos otros dos, el ex fiscal general del Estado Cándido CondePumpido y el ex fiscal del Supremo Antonio Narváez, solo quedan nueve para abordar los mismos.
Solo uno más de los que la ley orgánica que regula el funcionamiento del TC fija como imprescindibles para que haya quorum. Su artículo 14 lo deja claro :« El Tribunal en Pleno puede adoptar acuerdos cuando estén presentes, al menos, dos tercios de los miembros que en cada momento lo compongan». Es decir, que si Arnaldo y Espejel son recusados, el Pleno se quedaría con siete magistrados, sin el requerido quorum para pronunciarse sobre los recursos del «procés», cuya resolución quedaría paralizada. No obstante, fuentes del tribunal cuestionan esta interpretación y apuntan que al estar un magistrado de baja, el Pleno está compuesto por once, lo que abriría la puerta a que incluso se considerase suficiente la presencia de siete magistrados para la adopción de acuerdos.
En todo caso, el precedente de la abstención de Conde-Pumpido y Narváez puede ser un obstáculo para el consenso en relación a los incidentes de recusación, dado que ambos optaron por echarse a un lado. Aunque dijo no apreciar causa justificable de recusación, en abril, el ex fiscal general del Estado se apartó de la deliberación de los recursos del «procés» para evitar que, de lo contrario, en el futuro se pudiesen deslegitimar por la Justicia europea esas resoluciones.
Dos meses antes, Narváez había hecho lo propio. El ex fiscal del Supremo fue recusado por los condenados del «procés» por haberse referido en 2017 al referéndum ilegal del 1-O como un «golpe de estado encubierto». Narváez decidió abstenerse para fortalecer la independencia e imparcialidad del TC.
El pleno del tribunal tiene que decidir si rechaza de plano las recusaciones o tramita los incidentes Los magistrados Conde-Pumpido y Narváez ya se abstuvieron tras ser recusados