Dos positivos por covid-19 y una victoria
► Pablo Laso y Heurtel fueron baja ante el ALBA Berlín por coronavirus. El Madrid ganó desde la defensa
Restaban un par de horas para el arranque del partido en el WiZink y el coronavirus volvía a sacudir a la plantilla del Madrid. Los primeros casos de esta temporada llegaban antes de medirse al ALBA
Berlín. ¿Los caídos? Pablo Laso y Thomas Heurtel. El Madrid se olvidó de las bajas con la primera victoria de una nueva semana con sesión doble en Europa. Con Chus Mateo al frente, el equipo utilizó la defensa para deshacerse de los alemanes. Un sobresaliente segundo cuarto atrás, con sólo 10 puntos encajados, noqueó a los germanos.
El ALBA Berlín, como no podía ser de otra forma, es un equipo muy aseado. Impidió al Madrid que corriera y se mostró ordenado en ataque para tener el partido donde quería de salida. Pero ese control apenas les duró el primer cuarto. Fueron los triples de Rudy y Llull los que ofrecieron la pista de despegue. Un par de aciertos de cada uno de los clásicos fue el aviso para que los compañeros se animaran a fortalecerse atrás. Chus Mateo plantó en la cancha a sus dos torres, Poirier y Tavares, y el Madrid se adueñó del juego casi hasta el abuso. Tavares, tras su flojo partido en el Palau, no sólo fue importante en su zona. Se encontró sin oposición en el otro lado de la pista. Sus 13 puntos al descanso eran la mejor prueba del daño que causaba cada vez que recibía a tres metros del aro. Acabó con 17 puntos, sin fallo, 7 rebotes y una sensación de superioridad como si enfrente tuviera juveniles.
Con diferencias rondando la veintena de puntos había que encontrar motivos para saborear más el partido. Los ofreció Randolph. El ala-pívot está en proceso de reincorporación al grupo después de casi un año de baja. Falló los seis primeros tiros, pero su muñeca dio señales de vida a partir del séptimo. Anotó 12 puntos en el tercer cuarto y acabó con 13 y 4 rebotes cuando el partido ya animaba a la relajación.
Núñez demostró que está ya para jugar minutos de verdad y se inventó una canasta imposible de espaldas. Pero los alemanes no entienden de espíritu festivo. La mayoría de sus nueve derrotas en catorce jornadas no llegaron por marcadores abultados. Siguieron a lo suyo y tuvieron varias oportunidades para rebajar las diferencias hasta un punto en el que el Madrid tuvo que volver a ponerse el mono de trabajo. Rudy se encargó de rebajar los ánimos berlineses. Su partido fue otro clínic de hacer lo que debe en el momento preciso. Jugó más de lo habitual (21:47) y su hoja de servicios fue un completo menu degustación. Hizo de todo y lo hizo bien (14 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias). ¿De postre? Las habituales acciones defensivas que no aparecen en las estadísticas, pero que los compañeros agradecen tanto como los tapones de Tavares. El viaje a Milán de hoy –fue precisamente donde surgió el primer positivo de Thompkins en el arranque de la pandemia– será otra historia.