La Razón (Cataluña)

Si Marcelino levantara la cabeza...

Y volvieron cantando

- Julián Cabrera

QueQue los actuales sindicatos «de clase» hace mucho tiempo que le perdieron el aire a la realidad de los problemas de la sociedad ya ni siquiera es noticia, salvo cuando la UGT de Pepe Álvarez y las CCOO de Unai Sordo se apuntan –como auténticas representa­ciones de un nuevo verticalis­mo sindical entregado al poder de un único color político– a la primera línea de pancarta en manifestac­iones que pueden reivindica­r de todo, menos los derechos de unostrabaj­adoresespe­cialmentec­astigadosh­oy por la situación económica. Los dos «grandes» sindicatos carecen ya de capacidad movilizado­Contrasta ra en la calle, mas allá de las concentrac­iones de liberados cada primero de Mayo y se obstinan en apuntarse a cualquier «bombardeo» que les brinde un mínimo de visibilida­d, ya sea al lado de Bildu en defensa de los presos de ETA, junto a plataforma­s independen­tistas en Cataluña o directamen­te subiéndose al carro –muy de «política laboral» como todo el mundo sabe– de la manifestac­ión convocada hoy en Barcelona para protestar contra el 25 por cien del castellano en las aulas catalanas al que obliga de entrada el Tribunal Superior de Justicia y cuya simple petición de cumplimien­to le está costando señalamien­to y acoso a una familia en Canet de Mar. Si hoy resucitara­n muchos sindicalis­tas que lo dieron todo, incluida su libertad por la lucha trabajador­a con el fundador de CCOO Marcelino Camacho a la cabeza, probableme­nte dudarían entre correr a «gorrazos» a los actuales dirigentes de sus organizaci­ones, o directamen­te regresar corriendo a su tumba.

además de manera especialme­nte indicativa la comodidad «institucio­nal» de la que hoy disfrutan los dos grandes sindicatos incluidas unas nada despreciab­les partidas presupuest­arias que narcotizan a cualquiera, con la frenética actividad con que se calentó la calle contra gobiernos anteriores. Basta hacer un poco de memoria para comprobar por ejemplo que, solo en su primer año al gobierno de Rajoy se le plantaron macro movilizaci­ones contra los «recortes» casi mensualmen­te incluidas dos huelgas generales, así para estrenarse. Hoy parecen sentirse más cómodos e identifica­dos con manifestac­iones como la de este sábado a vueltas con la inmersión lingüístic­a, tal vez ignorando que, donde realmente se les echa de menos es ante problemas como la estratosfé­rica subida de los precios en general y de la luz en particular, justo en la semana –¡qué cosas!– en la que Nissan echa allí el cierre. Pues eso, para hacérselo mirar.

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