La pandemia deja huella en la salud mental de los españoles
► La vida familiar es el aspecto mejor valorado por la mayoría, con 8,6 puntos sobre 10
LaLa pandemia, que va para dos años, ha causado un importante incremento en los problemas de salud mental de los ciudadanos. En un amplio estudio demoscópico realizado el pasado mes de febrero por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), con número 3.312, sobre la salud mental de los españoles descubríamos datos sorprendentes, como que antes de la situación del coronavirus, ya un 17,5% de los ciudadanos reconocía haber sido tratado antes del Covid-19 por problemas psicológicos o psiquiátricos. La mayoría de las personas entrevistadas declaraba que se trataba de trastorno depresivo (6,8%) o transtorno por ansiedad o ansioso (5,8%).
Pero tras la declaración de la pandemia el número de tratados por problemas de esta índole ha crecido en un 6,4%, lo que sumados al 17,5% de antes del virus, suman un 23,9% de la población española que ha sido tratada de problemas mentales. Ahora, al igual que sucedió antes de la primera oleada del Covid, encabezan los problemas los trastornos ansiosos y depresivos, que afectan al 2,8% y 2,6% de la población, respectivamente.
Antes de llegar el virus, el 8,8% de los españoles ya consumía medicamentos para tratar algún problema de salud mental. El 4,7% de los ciudadanos tomaba antidepresivos y el 4,2% ansiolíticos.
Desde la primavera de 2020 se les ha unido otro 5,8% de españoles que reciben medicamento para tratar enfermedades de tipo mental, por lo que sumados al 8,8% que se medicaba antes de la pandemia, totalizan un 14,6% de la población medicada por cuestiones de salud mental.
La medicación mayoritaria para estos nuevos pacientes es también mayoritariamente la compuesta por ansiolíticos, con un 3,4%, y por antidepresivos, con un 2,4%.
Pese a esto, en otro estudio de ámbito nacional del CIS, este de julio pasado, el número 3.332, se recogían datos esperanzadores, al menos de la mayoría de la población, puesto que los españoles se mostraban bastante o muy satisfechos con aspectos fundamentales de sus vidas. La vida familiar era la más apreciada, con 8,6 puntos sobre 10. Le seguían su salud, con 7,9 puntos y la vida social, con 7,7 puntos. Mientras que el nivel de vida era calificado con 7,4 puntos.
En cuanto a sentirse feliz, en la escala de 0 a 10, la media de los españoles se situaba en 7,8 puntos. Aunque hay un 2,8% infeliz, entre 0 y 4 puntos. En el punto intermedio feliz/infeliz, se encuentra el 5,8% de la población, y con puntuaciones superiores a los 6 puntos sobre diez, se sitúa el 91,0% de la ciudadanía.
La tragedia que supone el suicidio, de cuya causa están detrás muchos motivos como desencadente, aunque es muy llamativo, la incidencia en la población española es baja en cuanto al número de defunciones por esta razón.
En la estadística oficial, la que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) desde 2007 y que se basa en datos judiciales, se indica que el 0,8% del total de muertes de 2020, se debieron al suicidio. Fueron 3.941 de un total de 493.776 fallecidos. Lo que representa el 0,0084% sobre el total de la población española constituida por más de 47 millones. El ratio es de 1 suicidio al año por cada 11.926 habitantes.
Esto pone de manifiesto que las cifras de suicidio en España representan un porcentaje bajo con relación a otras causas de muerte, lideradas por el Covid-19, con el 12,2% del total de fallecimientos, del corazón con un 6,0%, cerebrovascuoares 5,2%, cáncer de pulmón y bronquios 4,4% y demencia 4,2%. El restante 67,1% es debido a otras muchas causas, como accidentes de tráfico o laborales.
La Estadística de suicidio se ha venido realizado ininterrumpidamente desde el año 1906 hasta el 2006. Con periodicidad anual, recogía información tanto de los suicidios consumados como de las tentativas, estudiando el acto del suicidio con todas las circunstancias de tipo social que pudieran tener interés.
Sin embargo, desde 2007, siguiendo los estándares internacionales en la materia, se ha adoptado la decisión de suprimir los boletines del suicidio y obtener la información estadística relativa al suicidio a partir de la información que ofrece el boletín de defunción judicial que se utiliza para la Estadística de defunciones según la causa de muerte.