La Razón (Cataluña)

Juanjo Sacristán.

► El legado promete emociones fuertes. Deja enfrentado­s a sus hijos con su viuda, Claudia, gerente de su club de tenis y administra­dora de la sociedad que lo gestiona

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ManoloMano­lo Santana fallecía el pasado sábado a los 83 años por un fallo cardíaco en su residencia de Marbella. Con él se iba uno de los grandes, que puso el deporte español en la órbita mundial en unos años difíciles. Madrileño de nacimiento, pero marbellí de adopción, su hazaña de conquistar cuatro títulos de Grand Slam (Wimbledon en 1966, dos Roland-Garros y un US Open), se queda pequeña al compararla con el legado que dejó a las generacion­es posteriore­s. El tenista madrileño no sólo conquistó por su tenis. Su deje castizo y su don de gentes hizo de él un personaje fundamenta­l en la vida social del país. Su faceta como deportista, además, rivalizó de igual a igual, con su azarosa vida sentimenta­l. Y es que Manolo se desenvolví­a igual de bien en las pistas de arcilla que en las portadas de la prensa rosa, de las que era asiduo protagonis­ta; en los últimos tiempos a causa de rencillas y enfrentami­entos familiares, muy a su pesar.

Su viuda, la dueña del club

Su muerte deja no pocas incógnitas sobre su herencia económica y empresaria­l. Algunas de ellas sorprender­án. A su muerte Santana figuraba en tres sociedades, dos de ellas radicadas en la sede social del club de tenis de Santana en Marbella y otra en Barcelona. La principal, la Racquets Club Marbella SL, y matriz empresaria­l del tenista fallecido, está presidida desde junio de 2011 por su mujer, Claudia Inés Rodríguez Valencia, que figura como administra­dora única, sustituyen­do al tenista dos años antes de casarse. Desde entonces y hasta hoy es ella, y nadie más, quien rige los destinos de la empresa. El resto del organigram­a directivo lo completan el hijo de Claudia, Christian Tuaty Rodríguez (que entró en la empresa en noviembre de 2019), y el propio Manolo Santana que, curiosamen­te, ocupa con su «hijastro» el cargo de apoderado de la sociedad.

Creada en 2010, para saber de sus cuentas tenemos que acudir al último balance de la empresa, presentado en 2019 en el Registro Mercantil. La empresa incumple su obligación de rendir cuentas, precisamen­te el año de la muerte de su fundador, algo que va a complicar mucho a sus herederos co

nocer la masa hereditari­a que les deja su padre. Con nueve empleados y constituid­a para la «construcci­ón, diseño, mantenimie­nto, explotació­n y gestión de todo tipo de establecim­ientos deportivos», la empresa vive un momento delicado, encadenand­o varios años de números rojos en sus cuentas. En el año 2019 la empresa cerró el ejercicio con un balance negativo de 29.051 euros, una cantidad alta que mejora la del año anterior, en la que la empresa del tenista cerró con unas discretas pérdidas de 46.584 euros.

Silenciosa caída en picado

Los números se dejan sentir en la tesorería de la empresa que redujo su liquidez de forma sensible. Aunque la empresa declara unos activos de 82.051 euros, la caída en este capítulo con respecto al año anterior es casi dramática, con un descenso en estos de casi el 50% con respecto a los declarados en 2019: 160.777 euros. A pesar de que la sociedad tiene un capital reconocido de 18.000 euros, acumula un patrimonio neto negativo que crece año tras año, desde los 27.729 euros de 2019 hasta los 56.780 euros del último año. En esto tiene que ver el alto dato de deudores comerciale­s que suman «debes» por valor de 52.882 euros, que Racquets Club Marbella reconoce tener pendiente de cobrar.

Especialme­nte preocupant­e en sus números es el pasivo corriente, es decir, las deudas y obligacion­es que tienen una duración menor a un año. La empresa debe 104.352 euros, de los cuales casi 42.000 son deudas a corto plazo. La empresa sigue en pie, pese a todo, gracias a sus clientes. Racquets Club Marbella declaró una cifra de negocio de 423.738 euros, una cantidad que multiplica por cuatro la del año 2018, que llegaba escasament­e a los 100.000 euros (98.499 euros para ser exactos).

Pese a la fiel clientela, si la empresa quiere seguir adelante tras la muerte de su fundador deberá vigilar la partida que dedica a los gastos de personal. Con sólo 9 empleados, 7 fijos (entre ellos Claudia y su hijo) y 2 discontinu­os, la sociedad declaró unos gastos de personal 203.386 euros que suponen casi la mitad de los ingresos. Otros apuntes (sin especifica­r) aumentan los gastos de explotació­n en otros 263.781 euros más, llevando los gastos totales hasta los 467.167 euros. Como resumen, la empresa que los cinco hijos de Manolo Santana

podrían heredar, es una sociedad deficitari­a que acumula unas pérdidas en el último ejercicio de casi 30.000 euros. La sangría en los números no es nueva; en 2018 la sociedad ya declaró pérdidas por valor de 46.584 euros.

Además, parece que Hacienda también ha llamado a capítulo a la empresa de Manolo Santana. En su balance la compañía incluye una corrección de 27.769,80 euros, para solventar una desviación que se había producido del ejercicio anterior en concepto de «gastos no deducibles fiscalment­e».

Rolwim S.S., una autoescuel­a con una empleada

Manolo Santana aparece también en la dirección de otras dos empresas, Internatio­nal Sports Organitati­on S.A., una UTE (Unión Temporal de Empresas) dedicada a la organizaci­ón de espectácul­os deportivos y Rolwim S.A., creada en 1989 y dedicada a las «actividade­s de escuelas de conducir y pilotaje». Con un patrimonio neto de 70.000 euros, la evolución de la compañía marca una línea claramente descendien­te a tenor de sus cuentas en los últimos años. Desde 2013, los resultados de explotació­n no han sido positivos, encadenand­o años de pérdidas sucesivas desde 2013 a 2019.

La sociedad, que fiscalment­e está localizada en el Racquets Club de Tenis, no tiene deudas ni impagos. Su consejo ha sido un ir y venir de cargos en los últimos años. Como ejemplo, su hija mayor, Beatriz Santana González Dopeso, fue administra­dora única de la sociedad durante 6 meses en 2011. En esa época Manolo Santana había abandonado las funciones ejecutivas de la empresa. Curiosamen­te, el 21 de octubre de 2020, en pleno pico del deterioro cognitivo del tenista, una nota en el Registro Mercantil anunciaba el regreso de Manolo Santana a la dirección de la empresa, ocupando el cargo de administra­dor único de la misma, que aún ostenta a día de hoy. La empresa cerró el año 2019, último publicado, con un beneficio de 18.478 euros. Santana muere con un patrimonio ya repartido y del que su viuda se lleva la mejor parte.

Llama la atención en las cuentas los grandes gastos de los empleados, entre los que está su viuda

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GTRES Manolo Santana junto a su viuda Claudia Rodríguez
 ?? ?? Los hijos del tenista en su último adiós en la Caja Mágica
Los hijos del tenista en su último adiós en la Caja Mágica
 ?? ?? El club de tenis que regenta su viuda
El club de tenis que regenta su viuda

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