El Pentágono combate el extremismo en el Ejército
► La participación de veteranos y soldados en activo en el asalto al Capitolio del 6 de enero encendieron todas las alarmas
El nuevo código del Ejercito de EE UU prohíbe participar en actividades fuera del orden costitucional
El Pentágono alertó hace unos meses de alarmantes datos que revelaban el incremento del supremacismo blanco y otras mentalidades radicales entre las filas militares en EE UU, asegurando que muchos de ellos pertenecen al Ejército. Una preocupación que se magnificó tras el asalto al Capitolio el 6 de enero, después de que varios militares en activo fueran detenidos por participar en el mayor ataque contra la democracia de la historia reciente estadounidense. Más de 650 personas fueron detenidas y acusadas por insurrección, incluyendo decenas de veteranos de guerra y media docena de miembros en activo. Tras el asalto, la pesquisa de la cúpula de las Fuerzas Armadas del país desveló también algunas claves para identificar mejor al personal y evitar que en el futuro formen parte del servicio militar.
Con la llegada de Joe Biden, su nuevo secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha remarcado el enfrentamiento contra el extremismo como una prioridad absoluta en su agenda. En febrero, Austin ordenó un día de descanso a todos los miembros de las Fuerzas Armadas para mantener las «discusiones necesarias» en profundidad con ellos sobre los casos internos de radicalismo.
El 9 de abril, el secretario de Defensa anunció acciones inmediatas para contrarrestar la actividad extremista y estableció el Grupo de Trabajo contra la Actividad Extremista (CEAWG), basado en las lecciones aprendidas a través de la separación de unidades. El grupo de trabajo también desarrolló una serie de recomendaciones y acciones enfocadas en cuatro líneas: política y justicia militar, apoyo y supervisión del programa de amenazas internas, procesos de investigación y capacidad de detección, así como educación y capacitación.
Las nuevas medidas ratifican esa preocupación en aumento y da respuesta a los alarmantes indicios de que el problema entre las filas militares está latente y sigue creciendo. La cúpula de las Fuerzas Armadas tiene constancia de que, solo en el último año, cerca de un centenar de militares en activo han estado implicados en casos comprobados de actividad extremista y advierten de que esa cifra puede aumentar drásticamente tras los recientes episodios de violencia, muy especialmente entre veteranos de guerra.
Casi un año después de que una turba de seguidores de Trump entraran a la fuerza en el Capitolio, parte de las nuevas normativas impuestas ahora por el Pentágono incluyen la prohibición de participar activamente en actividades extremistas. «La abrumadora mayoría de hombres y mujeres del Departamento de Defensa sirven a este país con honor e integridad. Respetan el juramento que hicieron de apoyar y defender la Constitución de EE UU», resaltó Austin. «Creemos que solo unos pocos violan este juramento al participar en actividades extremistas», dijo.
La nueva política no cambia las normas establecidas con anterioridad, pero sí refuerza de manera específica las cosas que están y las que no están permitidas, añadiendo por primera vez el tema de las redes sociales. Si bien el Pentágono no tiene la capacidad ni la intención de monitorear detalladamente las cuentas personales de sus tropas, sí delega en los comandantes o responsables militares la orden de alertar sobre su uso si descubre conductas inapropiadas. « Incluso las acciones de unos pocos pueden tener un impacto enorme en la cohesión, la moral y la preparación de la unidad y el daño físico que algunas de estas actividades pueden generar puede socavar la seguridad de nuestra gente», recalcó Austin. Muchos de los miembros del servicio tienen acceso a información clasificada sobre operaciones militares sensibles para la seguridad nacional del país que podría quedar comprometida. Los grupos extremistas, además, cuentan con la experiencia de milites expertos en combate y armas de fuego y el afán de reclutarlos para formar parte de sus organizaciones radicales.
Las nuevas normas del Pentágono se aplican a todos los servicios militares, cerca de dos millones de soldados, incluyendo la Guardia Costera, que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional y protege puertos, fronteras marítimas, aguas interiores y mar territorial.