La CUP pide a Aragonès que abandone la mesa y planee un referéndum
El órdago de Pere Aragonès llamando a «construir alternativas» por si se «encalla» el diálogo con el Gobierno marca el fin de año político y resitúa las piezas con la vista puesta en 2022: mientras Pedro Sánchez enfría por ahora la convocatoria de la mesa, el independentismo aprovecha el aviso para redoblar la presión hacia Esquerra y exigir un nuevo desafío. Junts habla de «confrontación» y la CUP pidió ayer directamente al president que empiece a planear un referéndum.
Los antisistema se han opuesto desde el primer momento a la vía negociadora de ERC y ahora reclaman que dé carpetazo a la mesa y relance el «procés». «¿Cuántas evidencias más necesita Aragonès para abandonar la vía de un pacto con el Estado que es imposible y volver de una vez por todas al espíritu del acuerdo de investidura?», se preguntó ayer Xavier Pellicer, dirigente del partido en una comparecencia en el Parlament.
Para la CUP, la mesa de diálogo «ha nacido fracasada desde el primer momento» porque excluye el debate sobre la autodeterminación. Y en este contexto reclama al president generar las «condiciones» para la autodeterminación con una «agenda propia» que deje «de ir a remolque del Estado». Es decir, que deje de ser socio preferencial del Gobierno.
«Necesitamos marcarnos un horizonte conjunto para avanzar y este horizonte no pasa por otra cosa que comenzar a construir las condiciones para celebrar un nuevo referéndum y hacerlo en esta legislatura y solo con el permiso del pueblo de Cataluña», advirtieron los antisistema como respuesta a las palabras del president en el mensaje navideño.
Y es que la CUP vuelve a presionar a Aragonès con un referéndum y evidencia de nuevo la disparidad de estrategias y la división del independentismo, sin un rumbo común para 2022.