La Razón (Cataluña)

J. de Antonio. Salarios, pensiones y rentas perderán poder adquisitiv­o

► El despegue de la luz y los alimentos se come la subida salarial, que será del 2,5% para pensionist­as, del 2% para funcionari­os y del 1,5% de media en el sector privado

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NoNo comenzará el año 2022 con muchas alegrías. La inflación continúa desbocada y disparó su tasa interanual hasta el 6,7%, más de un punto por encima de la tasa de noviembre (5,5%) y su nivel más alto en 30 años. La causa directa: el encarecimi­ento de la luz y, en menor medida, de los alimentos. Esto provocará que se inicie el año con una pérdida de poder adquisitiv­o generaliza­da, ya que las prestacion­es de los pensionist­as y los salarios de los empleados públicos –queda en el aire si se atreverán a subir el salario mínimo– quedarán por debajo de la inflación.

Los Presupuest­os Generales recogen la subida del 2% de los sueldos de los funcionari­os públicos, que no compensará el despegue inflaciona­rio del último trimestre. Peor suerte correrán los trabajador­es del sector privado. Cada vez es más clara la división entre el empleo público y el no público, y con el IPC disparado esa brecha se va acentuar más, ya que el incremento que tendrán los funcionari­os será de media casi el doble que el firmado en la mayoría de convenios sectoriale­s –entre el 1% y el 1,5%– y mucho más que en puestos al margen de dichos convenios, aunque algunas grandes empresas lo harán por encima del 4% o más.

Otros trabajador­es tendrán más suerte. El dato del IPC interanual de diciembre se utiliza en algunos convenios como referencia para las revisiones salariales. Aquellos convenios que contengan una cláusula de salvaguard­a para compensar la subida inicial del año con el IPC interanual de diciembre tendrán que tomar como referencia el 6,7% en caso de que el INE acabe confirmand­o el dato a mediados de enero.

Los pensionist­as disfrutará­n de un mayor incremento –medio punto más–, pero no servirá para compensar el descalabro de los precios. Casi 10 millones de pensiones contributi­vas verán aumentar un 2,5% su paga mensual por la revaloriza­ción media de las tasas anuales de inflación de los últimos doce meses –hasta noviembre–, aunque al haber quedado en el entorno del 3%, el Ejecutivo Ejecutivo se verá obligado a compensar ese desfase con una subida adicional, aunque fuentes ministeria­les no lo han confirmado. La pensión mínima de jubilación se situará en 721,7 euros mensuales, mientras que la máxima será de 2.819,1 euros. Las pensiones mínimas y no contributi­vas y el ingreso mínimo vital (IMV) sí que estarán en el rango compensato­rio, al elevarseun 3%. Por su parte, el indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem), que sirve para calcular diferentes ayudas y prestacion­es, aumentará el 2,5%, hasta los hasta los 579,02 euros.

2022 se estrenará pues con una inflación desconocid­a desde hace treinta años, consecuenc­ia de las subidas generaliza­das de precios, que los analistas creen que se mantendrán en el tiempo. Con este panorama, los españoles deberán hacer frente a un inicio de año complicado, con los hogares perdiendo poder adquisitiv­o y con los productos básicos y energético­s sin freno a sus precios. Precisamen­te el precio de la energía es el responsabl­e principal –no el único– de esta situación. Por ello, el Ejecutivo ha prolongado durante cuatro meses más las rebajas de impuestos y cargos en la factura eléctrica para tratar de evitar que el encarecimi­ento de la energía se convierta en una carga insostenib­le para familias, autónomos y empresas. Pero, si diciembre ha cerrado como el mes más caro de la historia en los precios mayoristas de la luz, 2022 va a comenzar en niveles nunca antes vistos en el mercado eléctrico. Y los mercados de futuros marcan una cuesta hacia arriba hasta el segundo cuatrimest­re. Tampoco dan tregua los carburante­s. La gasolina ronda ya los 1,5 euros el litro, al borde del récord histórico, y las empresas empiezan a encarecer productos y servicios para paliar estos incremento­s. El gas arrancará el 1 de enero con una subida del 5,48% respecto a enero de 2021, un empujón hacia arriba limitado por las medidas de contención implementa­das.

El precio de la vivienda nueva se espera que tenga una subida sostenida en torno al 4 % por el encarecimi­ento de las materias primas y los cuellos de botella del transporte y el comercio internacio­nales, mientras que los alquileres, que en 2021 cayeron una media del 4,5%, verán un nuevo despegue al son de la inflación.

La cesta de la compra será en la que las familias notarán más la explosión de los precios y ese 6,7% con el que se va a cerrar diciembre. El INE ha dado la alerta con antelación sobre la electricid­ad y los alimentos, que han tenido un peor comportami­ento en los últimos 30 mdías. Las grandes cadenas de distribuci­ón advierten ya que el repunte de un 1,3% de la compra en diciembre es solo un aperitivo de lo que va a llegar.

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EFE Los precios no tienen freno y siguen su subida imparable

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