Las mejores películas del año (y no son las que salen en las listas)
Sergi Sánchez
EsEs posible que recordemos 2021 como uno de los años más difíciles de nuestras vidas, pero lo cierto es que, en lo que respecta al cine, ha sido glorioso. Lógico: fue la desembocadura de todas las películas que, durante lo más duro de la pandemia, se quedaron atascadas sin pantallas donde proyectarse. Es una pena que la asistencia a las salas no haya correspondido la enorme calidad de un buen puñado de películas que, aun sin hacer alusiones directas a la catástrofe viral, reivindican la necesidad de contar historias para navegar las aguas de estos tiempos turbulentos. Si hay algo que distingue a estas diez es que hacen de la originalidad su mayor potencia vital. Hay aún maneras muy nuevas de contar historias muy clásicas. Reinventarse o morir, esa es la cuestión.
1. «Days», de Tsai Ming-Liang.
Máxima depuración de un estilo que hace del tiempo real su peculiar mantra, esta es la historia de amor más conmovedora del año, iluminada por los ecos sonoros del «Candilejas» de Chaplin.
2. «First Cow», de Kelly Reichardt.
Los cadáveres abrazados en las ruinas de Pompeya de «Te querré siempre» resucitan en un western que entiende la amistad masculina como arma de resistencia contra el nacimiento del capitalismo, mientras una vaca mira, rumiante, como el mito del sueño americano se petrifica ante nuestros ojos.
3. «Petite Maman», de Céline Sciamma.
La directora de «Retrato de una mujer en llamas» imagina un viaje en el tiempo que sitúa a una madre y su hija en un terreno de juegos a la vez mágico y realista. Con una sensibilidad y una delicadeza extraterrestres, el amor y el duelo se miran a los ojos en un bosque encantado.
4. «El poder del perro», de Jane Campion.
No solo deconstruye la masculinidad del cowboy clásico sino también la convierte en motor de una historia de deseo prohibido que habría aplaudido el mismísimo Fassbinder. En este espléndido western «queer» el paisaje del género es el reflejo de la ambigüedad de los personajes: un espejismo.
5. «El caballero verde», de David Lowery.
Puede disfrutarse como una extravagante fantasía artúrica o como la revisión medieval de «A Ghost Story», la anterior obra maestra de Lowery. Su inventiva visual, sus bizarros cambios de registro y su feroz existencialismo hacen que el clásico viaje del héroe sea totalmente nuevo.
6. «La ruleta de la fortuna y la fantasía», de Ryusuke Hamaguchi.
Parece una película de dudas amorosas e identidades cruzadas, pero lo que reivindica el cineasta japonés es la necesidad de contar historias para sobrevivir a estos tiempos inciertos. El tercer episodio es simplemente memorable. Espérense a su próxima película, «Drive My Car», que llega en febrero.
7. «Titane», de Julia Ducournau.
Resurrección de la Nueva Carne cronenbergiana a la luz de las nuevas teorías feministas, la última Palma de Oro en Cannes es, también, una radical reflexión sobre el amor paternofilial y sobre la necesidad de repensar el cuerpo como centro de las relaciones humanas y tecnológicas.
8. «Tres», de Juanjo Giménez.
El autor de «Timecode» utiliza la desincronización entre imagen y sonido para sumergirnos en la subjetividad rota de una mujer que ha perdido su lugar en el mundo y que lo encuentra cuando entiende la anomalía de su percepción de la realidad como un superpoder.,Original y rigurosa.
9. «Espíritu sagrado» de Chema García Ibarra.
El costumbrismo español, aquel que Luis García Berlanga y Pedro Almodóvar bordaron con hilo de oro, tiene su lado oscuro y perturbador. Esfinges ominosas, reality shows, adoradores de OVNIS y bares de barrio confluyen en un universo tan reconocible como inquietante. García Ibarra ha hecho la película española más singular del año, y también la más conmovedora.
10. «West Side Story», de Steven Spielberg.
Muy pocos cineastas podrían haberse atrevido a corregir con éxito la dimensión política del musical de Wise y Robbins. Spielberg lo hace sin olvidarse de dar una lección de puesta en escena. Hermosa y dinámica, rubrica la que pueda ser una de las últimas Tragedias Americanas; así, con mayúsculas.