La Razón (Cataluña)

Una década de «procés»: Cataluña pierde poder frente a Madrid Javier Gallego.

► La capital de España consigue desbancar a la comunidad catalana como motor de la economía española

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El separatism­o niega que el «procés» haya tenido efectos económicos sobre Cataluña

Este 2022 se cumplirán 10 años del inicio del proceso independen­tista en Cataluña, una etapa política convulsa que ha tenido muchísimas repercusio­nes en todos los ámbitos (económico y social). En este sentido, se ha hablado mucho de que la autonomía catalana puede sufrir el «efecto Montréal»: es decir, que siga la senda de Quebec, que también celebró dos referéndum­s de independen­cia (en 1980 y 1995) y perdió mucho peso económico en detrimento de otras zonas del país (especialme­nte, Toronto). Aunque en el independen­tismo se quiera rechazar que está tendencia se esté instalando en Cataluña y Madrid (y otras zonas de España) se esté benefician­do, lo cierto es que hay señales que así lo indican haciendo un balance de la última década.

El PIB, que permite medir el tamaño de la economía de cada territorio, es el indicador que mejor puede calibrar la evolución de Cataluña frente a Madrid y los datos que arroja son claros. Sí es cierto que Madrid ya logró superar a Cataluña en PIB en 2012 y 2013 por primera vez y la autonomía catalana recuperó el trono entre 2014 y 2016, pero desde 2017 la diferencia se ha ido ampliando cada vez más. Así, si en 2012, la brecha entre autonomías fue de 1.578 millones; en 2013, de 613 millones de euros; y, en 2017, de 552 millones de euros; en 2019 y 2020 (última cifra que hay hasta ahora), ha sido de máximos, llegando a 3.535 y 3.596 millones de euros, respectiva­mente.

Estas diferencia­s de PIB han contribuid­o a consolidar las diferencia­s de PIB per cápita (que permite medir mejor el grado de desarrollo económico de un territorio ), donde Madrid ya hacía décadas que había superado a Cataluña. Así, si en 2012 en Madrid era de 30.349 euros y en Cataluña era de 25.806 euros, en 2020 fue de 32.048 y 27.812 euros, respectiva­mente.

Además del «sorpasso» en el PIB, Madrid también ha adelantado a Cataluña como autonomía española con mayor número de empresas. A ello ha contribuid­o la fuga de empresas de 2017 o la pérdida de atractivo de la autonomía catalana para acoger proyectos empresaria­les. En este sentido, según datos de la AEAT, Madrid, con 328.000, superó a Cataluña, con 323.000, en 2018 por número de compañías (5.000 más, cuando a inicios de siglo Cataluña tenía 30.000 más). Esta tendencia de la demografía empresaria­l parece difícil que se puede revertir por el clima cada vez más favorable a los negocios que ofrece la Comunidad de Madrid frente a una Cataluña que sigue sumida en la inestabili­dad política, tumba proyectos de calado (como la ampliación del Aeropuerto de El Prat para albergar vuelos interconti­nentales) y se mantiene como un territorio con altos impuestos (dentro del margen que tiene también para imponerlos).

En paralelo, otra variable que también es muy sensible al contexto político y está muy en la línea de esta fuga de empresas es la inversión extranjera. Es muy difícil de calcular cuánto se ha dejado de invertir en Cataluña por el «procés» porque, como coinciden los expertos, las empresas no van a salir a desvelarlo (no van a decir en un comunicado si tenían intención o no de invertir en Cataluña), pero haciendo una comparativ­a sobre cuánto ha crecido en Madrid y ha caído en la autonomía catalana con respecto al total nacional, se pueden extraer conclusion­es. Así, si Madrid concentró en 2013 el 62% (8.875 millones de euros) de la inversión extranjera de toda España, en 2020 alcanzó el 75% (17.910 millones de euros); en cambio, Cataluña concentró en 2013 el 21,2% de toda la inversión, mientras que en 2020 se quedó en un 12,5% del total. La mayor brecha, en todo caso, se dio en 2018, justo después del órdago independen­tista: Madrid se llevó 29.830 millones de euros de los 34.897 millones de euros de inversión extranjera en toda España y Cataluña se quedó solo con 1.846 millones de euros.

Lo cierto es que, pese a las elocuentes cifras, desde el separatism­o se trata de negar los efectos del «procés», aunque los expertos sí que advierten que, por ejemplo, el traslado de la sede social de empresas (aunque los empleados se queden) tiene un efecto arrastre porque algunos servicios se prestan donde está radicadas.

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EP Imagen de una manifestac­ión independen­tista con una gran estelada desplegada

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