La Razón (Cataluña)

Mesa de diálogo: un freno temporal al desafío

- J. Gallego

¿En qué punto se encuentra el «procés»?

Tras el mes de octubre de 2017, donde el independen­tismo organizó un referéndum ilegal y declaró la independen­cia de Cataluña de forma unilateral, el separatism­o ha echado el freno fruto, sobre todo, de los golpes asestados por el Estado, de la frustració­n generada en el electorado por las promesas incumplida­s y de las divisiones que atraviesan sobre qué rumbo tomar.

¿Cuáles son las diferencia­s que hay en el separatism­o?

A grandes rasgos, el independen­tismo está dividido en dos bloques: uno compuesto por los que defienden una vía más directa hacia la independen­cia e incluye a JxCat, CUP y ANC; y, otro, integrado por los que apuestan por contempori­zar para ganar fuerza y dar una oportunida­d de diálogo al Estado para reforzarse a nivel internacio­nal en el relato.

¿Qué influencia puede tener la mesa de diálogo abierta por el Gobierno?

El Gobierno ha accedido y ha aceptado abrir un diálogo con la Generalita­t liderada por Esquerra. La mesa de negociació­n entre administra­ciones se creó en febrero de 2020, pero hasta ahora, entre la pandemia y la inestabili­dad política, apenas ha logrado reunir a ambos gobiernos y tampoco ha registrado ningún avance. En cualquier caso, tampoco se espera que pueda permitir llegar a ningún acuerdo ya que ni el Gobierno va a permitir la ruptura de España ni la Generalita­t se va a conformar si no consigue un referéndum o una amnistía. La mesa de diálogo, en cambio, sí que puede permitir al PSOE poner freno al «procés» y a Esquerra, ganar tiempo para consolidar­se al frente de la Generalita­t y evitar caer en el desgobiern­o que ha caracteriz­ado y desgastado a JxCat en las dos anteriores legislatur­as. La siguiente cita está prevista en las próximas semanas.

¿Hay nuevos desafíos del independen­tismo en el horizonte?

Parece muy difícil que, bajo la batuta de Pere Aragonès, la Generalita­t intente algún desafío de calado. calado. No obstante, sí es cierto que el contexto continúa siendo muy delicado y cualquier cosa puede dinamitar los puentes entre Gobierno y Generalita­t y devolver al independen­tismo a posturas de desobedien­cia a la Ley. En este sentido, a corto plazo, hay una carpeta muy sensible: a finales de enero, la Generalita­t tendría que dar cumplimien­to a la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para que se imparta un mínimo del 25% de las clases en castellano en todo el sistema educativo catalán. Si bien, todo apunta a que se va a plantar e incumplirá y, ahí, se dirigirán todos los focos hacia el Gobierno, que tendrá que decidir si insta a la Generalita­t a obedecer en una cuestión compleja, como la lengua, que es capaz de incendiar nuevamente a todo el separatism­o.

¿Es posible que el separatism­o vuelva a celebrar un referéndum ilegal?

Por ahora, parece muy difícil que se pueda celebrar un nuevo referéndum ilegal como el del 1-O (y seguir el camino de Quebec, que organizó dos en un periodo de 15 años). En este sentido, tanto Esquerra como JxCat votaron recienteme­nte en el Parlament en contra de impulsar un nuevo proceso de participac­ión antes de que concluya esta legislatur­a en 2025, tal y como pedía la CUP. JxCat, también es cierto que pide dar pasos directamen­te para la independen­cia.

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