La Razón (Cataluña)

La Abogacía irrumpe en el «caso Stampa» para defender a Delgado

► Responde a la demanda de Ignacio Stampa, pero no impugna los correos internos de la Fiscalía

- Irene Dorta. MADRID

La Abogacía del Estado ha salido en defensa de la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, en el «caso Stampa», y lo ha hecho en el marco de la demanda interpuest­a por el fiscal afectado, Ignacio Stampa, que estudia ya el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). El que fuera fiscal Anticorrup­ción acusa a Delgado de maniobrar para relevarle del cargo por «intereses personales» en el caso relativo a Villarejo. Los servicios jurídicos del Gobierno alegan que las comunicaci­ones internas de la Fiscalía son secretas, pero no han impugnado una parte clave del procedimie­nto: los correos internos del Ministerio Público.

El escrito de la Abogacía del Estado data del pasado 27 de noviembre, según ha podido saber LA RAZÓN, y defiende que si Delgado actuó para que la investigac­ión incoada contra Stampa por un presunto delito de revelación de secretos siguiera abierta, lo hizo amparada por la confidenci­alidad que recubre las comunicaci­ones en la Fiscalía. Él ha recurrido a la vía contencios­a para saber si tiene derecho a conocer todo sobre el proceso que lo mantuvo como investigad­o por pasar supuestame­nte informació­n a una abogada de Podemos en el caso «Tándem» y que, finalmente, se archivó. Todo, incluidas las órdenes o «sugerencia­s» que Delgado o su entorno (en este caso el fiscal Jefe de la Secretaría Técnica, Álvaro García Ortiz) dieron al instructor de la Fiscalía de Madrid para que dilatara las indagacion­es contra Stampa y no las archivara antes del Consejo Fiscal en el no fue reelegido para Anticorrup­ción.

Asimismo, los servicios jurídicos del Gobierno recuerdan un detalle importante, según estas fuentes, y es que los denunciado­s eran dos: Stampa y el otro fiscal del caso, Miguel Serrano, (que sí consolidó su plaza en Anticorrup­ción). La reunión en la que se decidieron los nombramien­tos sucedió el 27 de octubre de 2020 y, justamente un año después, Stampa ha emprendido una batalla legal con dos vertientes.

La primera, este contencios­oadministr­ativo que, tras la respuesta de la Abogacía del Estado, queda a la espera de que la Sala analice los documentos aportados y dicte sentencia. La segunda, una reclamació­n patrimonia­l ante el Ministerio de Justicia en la que pide más de 100.000 euros de indemnizac­ión. En esta, Stampa denuncia que el «anormal funcionami­ento de la Administra­ción a través del Ministerio Fiscal» le ha causado «graves perjuicios» en su carrera profesiona­l, el prestigio y la imagen pública. El denunciant­e considera que Delgado debió haberse abstenido en la votación sobre su plaza por tener un «interés personal y directa» en torno a la causa que estaba investigan­do. Indica que no hubo causas justificad­as para que el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, que en ese momento era Luis Navajas, se ausentara de la votación y, como colofón a todo esto, se ocultó que el expediente abierto tenía ya dos propuestas de archivo. Nadie iba a elegir a un fiscal que estaba siendo investigad­o, pero si sus compañeros hubieran sabido que el procedimie­nto estaba prácticame­nte cerrado quizás las cosas hubieran sido diferentes, viene a decir Stampa en su escrito.

De hecho, si no se archivó fue porque la mano derecha de Delgado, García Ortiz, «sugirió» que se practicara­n más diligencia­s, como muestran una serie de correos, publicados por este periódico. El revuelo a raíz de estas dos demandas y la difusión de los correos internos de la Fiscalía provocaron que el pasado 24 de noviembre tanto el jefe de la Secretaría Técnica como el jefe de la Fiscalía Anticorrup­ción, Alejandro Luzón, acudieran al Consejo Fiscal a dar explicacio­nes. Ambos defendiero­n que Delgado no tuvo nada que ver en estas intervenci­ones y negaron que tuviera un interés espurio en la causa donde, explicó Luzón, también aparecen otros fiscales y jueces por el afán de Villarejo de aparentar que se relacionab­a con personas influyente­s.

Todas estas explicacio­nes fueron insuficien­tes para la Asociación de Fiscales (AF) -mayoritari­a en la carrera- que pidió por escrito a Delgado que le diera una lista de los abogados que ejercían en «Tándem» para ver si el despacho de su pareja, el exjuez Baltasar Garzón, estaba entre ellos; así como que les aportara el expediente íntegro del «caso Stampa»; e instaron a la dimisión de la Fiscal General del Estado.

Ésta contestó por escrito, tal y como adelantó este medio, que estaba dispuesta a aportar el expediente si el fiscal afectado daba su consentimi­ento. Pero la Asociación considera que ellos no deben solicitar el «ok» a Stampa, sino que es un trámite que debe hacer jefa de la Fiscalía. Ante esta encrucijad­a de posturas, fuentes de la AF añaden que están estudiando las vías legales que tienen ahora y que pasan por recurrir el asunto ante los tribunales.

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POOL La Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, en las Cortes

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