Del verde francés al agua
Opinión César Lumbreras
ElEl verde no figura entre los colores de la bandera francesa, pero va a ser el predominante durante ese semestre, en el que Macron y su equipo ostentan la presidencia del Consejo de Ministros de la UE, hasta el 30 de junio. La delegación gala promete prestar atención durante estos seis meses a todas las cuestiones relacionadas con la agricultura, la ganadería, el medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, la protección del suelo y del aire y las normas sobre productos fitosanitarios. También a lo que en París denominan la soberanía alimentaria en materia de proteínas destinadas a la alimentación de los animales. Recientemente los ministros de Agricultura de Francia y Austria han firmado una declaración conjunta en la que piden a la
Comisión Europea que elabore una estrategia europea sobre las proteínas vegetales. Actualmente, la UE es muy dependiente de las importaciones, sobre todo de soja, procedentes de países terceros, principalmente de Brasil y Argentina. «Eso es una aberración desde el punto de vista del cambio climático» declaró el ministro galo, que insistió en el coste medioambiental «provocado por el transporte y la deforestación». Han pedido a otros colegas que se sumen a esta iniciativa. Mientras tanto, en España, la ministra de «lo verde», Teresa Ribera, se enfrenta a un año especialmente complicado en lo que respecta a la planificación hidrológica. Durante las últimas semanas han proliferado las protestas, de los regantes sobre todo, una vez que se han analizado en detalle las propuestas de planes hidrológicos para cada cuenca. Pero el problema viene de más atrás, cuando la ministra presentó el grueso de la planificación, asunto que pasó desapercibido en su momento. Lo que Ribera planteaba era que no habría más agua para regadíos, por lo que no podría transformarse más superficie de secano en riego; la única posibilidad es, por lo tanto, realizar ahorros en el consumo actual de agua para regar. En resumidas cuentas: no habrá más agua para regar. En su momento esas propuestas pasaron desapercibidas. Ahora los regantes ya se han dado cuenta. Más vale tarde que nunca.