«El no haber estado en contacto con patógenos por las medidas de prevención está produciendo mayor vulnerabilidad a infecciones»
«Cuando hay presencia masiva con pandemia de un virus, como ha sido el de la COVID-19, hay desplazamiento de otros virus de su época habitual por esa competencia entre virus»
Al no haber estado expuestos a virus, quienes más se van a contagiar son los niños, pero los que más van a sufrir son los ancianos
Daniel Cuadra Director médico en el Instituto Médico Linneo y presidente de la Asociación Española Profesional de Nutrición y Medicina
DesdeDesde marzo de 2020, nuestras rutinas se han visto alteradas debido a la pandemia. Inicialmente nos vimos obligados a seguir un confinamiento forzado y además tuvimos que introducir el uso generalizado de la mascarilla, reducir el contacto social, mantener la distancia de seguridad... Y todo ello se tradujo en una disminución de las patologías de carácter infeccioso a lo largo del último año y medio. Pero, ¿qué consecuencias podría tener eso para la salud?
El año pasado, ¿las medidas de prevención frente al coronavirus fueron también una barrera de protección frente a otros virus? ¿Es cierto que decrecieron las enfermedadesdecarácterinfeccioso?
Sí, sí es verdad. Las medidas no farmacológicasodecontención,como las mascarillas, el confinamiento, el distanciamiento social o la falta de movilidad han hecho que estemos menos expuestos a diferente patógenos o micropatógenos, como los virus o las bacterias, lo que se traduce en un decrecimiento de las infecciones, algo que ya vimos en el otoño e invierno de 2020, cuando prácticamentenohubogripesoenfermedadesrespiratoriaspropiasde la época.
Peroesaescasaincidenciadelas enfermedadesdecarácterinfeccioso, ¿tiene consecuencias a largoplazoparanuestroorganismo? ¿Cómo puede afectar al sistema inmunitario?
– A finales de los años 80, un epidemiólogo vio que aquellos niños que vivían en sitios rurales con menos higiene tenían más desarrollado el sistema inmunológico al estar más en contacto con virus y micropatógenos que los niños que estaban en lasciudades,conunamayorhigiene y alimentación. De esa hipótesis nace el concepto de la deuda inmunitaria. En mayo de 2021, se publicó un estudio que indica que se está cumpliendo esta hipótesis: al no haber estado en contacto con patógenos por las medidas de prevención no farmacológicas, se está produciendounamayorvulnerabilidad a las infecciones. La deuda inmunológica es, pues, esa falta de entrenamiento del sistema inmunológico en un determinado momento, que se traduce en una peor respuesta ante determinados patógenos que son habituales en diferentes temporadas del año, como otoño e invierno en España.
¿Quéefectostienesobrelasalud esa deuda inmunitaria?
Cuando no estamos en contacto con patógenos, se puede decir que el sistema inmunológico no se entrena y esto afecta especialmente a lapoblacióninfantil.Losniños,hasta los 5 o 6 años, tienen un sistema inmunológico inmaduro, que tiene que ir entrenándose a base de estar en contacto con microorganismos patógenos o las propias vacunas. Este sistema se divide principalmente en dos partes: una que es la innata y que responde de forma inmediata y otra que es adquirida y es la que genera memoria. Desde que uno es niño va teniendo diferentes contactos con patógenos y el sistemainmunológicovadejandocomo una especie de memoria, gracias a la cual, cuando vuelve a estar en contacto con esos patógenos, el sistema inmune inmediato estimula defensas de memoria, ya muy individualizadas y particularizadas, sobre ese patógeno. En los niños, al no estar esta temporada en contacto con esos patógenos, el sistema inmunológico se ha desentrenado, cayendo en una inmadurez.
¿Existe algún colectivo al que pueda afectar especialmente?
Esta circunstancia afecta especialmente a los niños por esa inmadurez de su sistema inmunológico, pero de alguna manera también afecta a las personas mayores. Y es que en los ancianos, el sistema inmunológico es incompetente, ya que no tiene una capacidad de respuesta tan buena como cuando somos jóvenes, así que tienen un mayor riesgo de infección, son los más vulnerables. Es decir que, al no haber estado expuestos a los virus, quienes más se van a contagiar son los niños, pero los que más van a sufrir son los ancianos.
Ahoraquesehanrelajadolasmedidas de prevención, ¿se está viendo un repunte de las enfermedades infecciosas?
La población en general, pero especialmentelosniños,vahasufrirmás infecciones por patógenos estacionales,comoeldelagripeoelcatarro común, y los que se pueden poner más graves son los ancianos.
¿Ya están viendo que se ha incrementado el número de infecciones por estos patógenos?
Sí y además ha habido un desplazamientodelosvirus.Porejemplo,hay un virus, que es el de respuesta sincitial, que es el que provoca la bronquiolitis entre los niños, el cual es más común en otoño o en invierno, peroesteañolohemosvistoenabril y mayo, porque ha habido un desplazamiento de la época habitual, yaquehaycompetenciaentrevirus. Es decir que, cuando hay presencia masiva con pandemia de un virus, comohasidoeldelaCOVID-19,hay desplazamiento de otros virus.
¿Cómo podemos preparar a nuestro sistema inmunológico para el otoño y el invierno?
Unaalimentaciónvariadanosaporta nutrientes, vitaminas y proteínas que nos van a ayudar a la respuesta inmunológica, así como la suplementación de nutracéuticos. En este sentido, es clave la Vitamina D, ya que se ha visto que casi todo el mundo que ha sufrido la infección por COVID tiene esta vitamina baja en sangre y es necesaria para que nuestro sistema inmunológico responda bien ante los virus. Además, se sabe que una alteración de nuestra flora intestinal va a tener consecuencias en la respuestas de este sistema, así que la suplementación con probióticos también ayuda a potenciar la respuesta de defensa, así como el uso del propolio o de plantas medicinales.